SEÚL.- Corea del Norte y Corea del Sur iniciaron este viernes su segunda reunión en esta semana para acercar posturas y abrir una etapa de distensión, después de que su primer encuentro, el primero de alto nivel en siete años, se cerrara sin acuerdos.
Representantes de ambos países se citaron en las primeras horas del día en la aldea fronteriza de Panmunjeom, según un portavoz del Ministerio de Unificación, en "una continuación de las conversaciones" iniciadas dos días antes.
En la primera cita del miércoles los representantes de Norte y Sur pusieron sobre la mesa diferentes prioridades, lo que les impidió acercar posturas y llegar a acuerdos concretos.
Corea del Sur exigió garantizar la celebración del encuentro de familias separadas por la Guerra de Corea (1950-53), el primero en tres años, programado para fin de mes, mientras el Norte solicitó posponer los próximos ejercicios militares de Seúl y Washington para que no coincidan con los encuentros familiares.
Seúl rechazó el miércoles la petición del régimen de Kim Jong-un de cancelar los ejercicios militares y también dio una respuesta negativa a la solicitud de controlar a los medios de comunicación públicos y privados surcoreanos para que no difamen a los líderes del Norte.
En el encuentro de hoy, afirmó la portavoz de Seúl, Corea del Sur "mantendrá la misma postura" que en el encuentro anterior de "desvincular completamente la reunión de familias de los ejercicios militares".
De este modo, se plantearon dudas sobre la celebración del programado reencuentro de familias separadas para finales de este mes, aunque de momento siguen en curso los preparativos en el complejo turístico del monte norcoreano Kumgang, sede de la cita.
De llevarse a cabo la reunión, que sería la primera en más de tres años, 200 familias podrán reencontrarse por unos días -del 20 al 25- con sus seres queridos del otro lado de la frontera tras más de seis décadas de separación.
Ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, de visita en Seúl, instó a Corea del Norte a no usar como "excusa" los ejercicios militares para obstaculizar la celebración del reencuentro familiar y destacó la necesidad de no mezclar asuntos humanitarios con temas políticos y militares.
Estados Unidos mantiene 28.500 militares en Corea del Sur y se compromete a defender a su aliado ante un hipotético ataque del Norte como vestigio de la Guerra de Corea (1950-53).