El fuego en las calles de Kiev.
AFPWASHINGTON.- El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, llamó este martes al presidente ucraniano, Víktor Yanukovich, para pedirle la retirada de las fuerzas gubernamentales de las calles y contenerse al máximo en su respuesta a las protestas opositoras.
Biden telefoneó al presidente Yanukovich para "expresarle su profunda preocupación por la crisis en las calles de Kiev", aseguró la Casa Blanca en un comunicado en referencia a la jornada de disturbios registrados en la capital ucraniana, en los que hubo 13 muertos.
El vicepresidente estadounidense pidió a Yanukóvich "retirar las fuerzas del gobierno" de las calles y "ejercer la máxima contención" frente a la crisis desatada por las protestas, agregó la nota.
Biden "dejó claro (al presidente ucraniano) que Estados Unidos condena la violencia de cualquier parte, pero que el Gobierno (de Kiev) tiene especial responsabilidad" en calmar la situación.
Asimismo, agregó la Casa Blanca, Biden resaltó la urgencia de que se entable "inmediatamente" un diálogo con los líderes de la oposición que "aborde las legítimas reclamaciones de los manifestantes y presente propuestas serias de reforma política".
El gobierno estadounidense insistió en que está comprometido a apoyar los esfuerzos por promover una solución pacífica a la crisis ucraniana "que refleje la voluntad y aspiraciones del pueblo ucraniano".
La policía antidisturbios cercó a los miles de manifestantes congregados en la plaza de la Independencia de Kiev (Maidán), el corazón de las protestas opositoras desde el pasado 21 de noviembre, donde los opositores se parapetaron tras una gran muralla de fuego de varios metros de altura formada por barricadas, tiendas de campaña y otros objetos incendiados.
La policía ucraniana cifró en 18 los muertos en las últimas horas, en los disturbios en la capital, en los que resultaron heridos cientos de manifestantes y agentes del orden.
Desorden total
Los manifestantes en abierto desafío gritaban “íGloria a Ucrania!” mientras las carpas ardientes iluminaban el cielo nocturno después que miles de policías antidisturbios arremetieron el martes contra el campamento de protesta instalado en el centro de Kiev.
Los policías, armados con granadas de aturdimiento y cañones de agua, atacaron el campamento después de que murieron al menos 18 personas y cientos resultaron heridas en enfrentamientos callejeros.
La violencia fue la más mortífera en casi tres meses de protestas contra el gobierno que han paralizado la capital de Ucrania, en una lucha por la identidad de la nación.
El líder opositor Vitali Klitschko arengó a los 20.000 manifestantes a defender el campamento en la Plaza de la Independencia.
"De aquí no nos iremos a ningún lado", dijo Klitschko a la multitud en la plaza mientras a su alrededor ardían incendios de los que se desprendían enormes columnas de humo.