WASHINGTON/BEIJING.- A pesar de las fuertes protestas desde Beijing, al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibió este viernes en la Casa Blanca al Dalai Lama.
Como en el encuentro de julio de 2011, Obama se esforzó por quitarle algo de su carácter oficial. Por eso, la reunión no se realizó en la oficina del mandatario, sino en el "map room", según informaron periodistas en Twitter.
Ese espacio suele utilizarlo Obama sobre todo para conversaciones con su esposa Michelle. Los medios de comunicación quedaron excluidos.
En el encuentro, Obama reforzó su fuerte apoyo a las "tradiciones religiosas, culturales y lingísticas únicas" así como a la protección de los derechos humanos en el Tíbet, comunicó la Casa Blanca.
En la conversación de aproximadamante una hora de duración, el presidente estadounidense alentó al Dalai Lama a mantener un diálogo directo con China, para terminar con las diferencias que persisten desde hace años. Estados Unidos no apoya la independencia de Tíbet de China.
Previamente, China había pedido a Estados Unidos que cancele el encuentro, ya que podría provocar "un grave daño" a los lazos entre los dos países y supone una injerencia en los asuntos internos chinos, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores, Huya Chunying, que exigió su cancelación inmediata.
Al anunciar la reunión en la noche del jueves, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Caitlin Hayden, dijo que Washington reconoce el Tíbet como parte de China, pero "está preocupado por la continuación de las tensiones y el deterioro de la situación de los derechos humanos en las áreas tibetanas de China".
Y dijo que Obama quería saludar a un "líder religioso y cultural respetado internacionalmente".
Sin embargo, la portavoz china describió al Dalai Lama como "figura política" y lo acusó de "actividades separatistas bajo la excusa de la religión". Estados Unidos no debe ofrecerle una plataforma para sus "actividades antichinas" dijo Hua Chunying.
El Dalai Lama se exilió en India tras la represión de un levantamiento tibetano en marzo de 1959.
La decisión de Obama enturbió aún más las relaciones entre Estados Unidos y China. Debido a los reclamos territoriales no del todo claros de China en el Mar del Sur de la China, Washington teme que el país quiere adquirir paulatinamente el control sobre zonas marítimas disputadas con sus vecinos.
En su reciente viaje, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se esforzó por aliviar las tensiones. Pero las posibilidad de convencer a China de ceder en el conflicto podrían haber caído tras el encuentro de esta jornada.
En noviembre de 2012, el Dalai Lama le escribió una carta al entonces recién reelegido Obama y le pidió que mediara en el tema del Tíbet. En 2011, China ya reaccionó con similar indignación a un encuentro del líder espiritual con Obama.