EFE
SEÚL.- El histórico encuentro de familias de las dos Coreas separadas por la guerra concluyó hoy con una cita final en el monte norcoreano Kumgang en la que parientes de ambos lados se despidieron tras seis días de reuniones.
La última reunión colectiva de una hora finalizó, informó una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl, y 357 surcoreanos han regresado a casa tras reunirse con sus 88 familiares de Corea del Norte que fueron elegidos para participar en la segunda ronda iniciada el domingo.
En la primera ronda, entre los días 20 y 22 de febrero, 82 surcoreanos se reunieron con casi dos centenares de parientes del Norte.
El recién concluido encuentro de familias divididas, el decimonoveno en la historia y el primero desde 2010, dejó emotivas imágenes de ancianos que se abrazaban entre lágrimas e intercambiaban fotografías con sus parientes a los que no veían desde hace más de seis décadas.
Este acto humanitario se celebrado después de que las dos Coreas confirmaran su voluntad de buscar el entendimiento tras años de tensión, al concluir con éxito hace dos semanas su primera cita de alto nivel desde 2007.
De este modo, se espera que las reuniones de familias divididas sean un primer paso para que Norte y Sur pongan fin a las hostilidades e inicien una etapa duradera de paz.
El único hecho que podía haber empañado el encuentro fue el inicio el lunes de los ejercicios militares Key Resolve y Foal Eagle por parte de Seúl y Washington que Corea del Norte había criticado duramente, pero al final las maniobras no han tenido incidencia alguna en la cita familiar.
Ambas Coreas tienen ahora pendiente llegar a un acuerdo para dar periodicidad a estas citas, ya que la mayoría de los parientes separados son hoy ancianos y cada año miles de ellos fallecen sin ver a sus seres queridos del otro lado de la militarizada frontera del paralelo 38.
Norte y Sur siguen técnicamente enfrentadas debido a que la Guerra de Corea (1950-1953) finalizó con un armisticio en vez de con un tratado de paz.
Desde entonces la frontera entre ambos países permanece estrictamente cerrada y cientos de miles de coreanos no han podido recuperar el contacto con sus parientes.