BERLÍN.- La Audiencia de Hannover (norte) absolvió hoy al ex presidente alemán Christian Wulff de los cargos de corrupción por haber aceptado una invitación en 2008 para asistir a la popular Oktoberfest de Múnich.
La cámara desestimó las acusaciones presentadas por la fiscalía contra el político cristianodemócrata, quien dimitió como presidente en febrero de 2012 en medio de sospechas de corrupción y cohecho en su etapa anterior como primer ministro de Baja Sajonia.
La sentencia dictada hoy afecta a uno de esos capítulos, el relativo a la invitación formulada por el productor de cine David Groenewold al matrimonio formado por Christian y Bettina Wulff, por un valor de 719 euros.
Tanto Groenewold como Bettina Wulff, quien se separó de su marido tras su retirada del poder, testificaron en el juicio a favor del político y declararon que tal invitación se debió exclusivamente a motivos de amistad.
La acusación sostenía, en cambio, que el productor se gastó 719 euros -entre gastos de viaje, alojamiento y niñera- para agasajar al matrimonio en Múnich y hacer que intercedieran ante el presidente de la compañía Siemens a favor de un proyecto cinematográfico suyo.
El caso ocurrió siendo Wulff primer ministro del Land de Baja Sajonia, cargo que ocupó de 2003 a 2010.
El expresidente asumió ese proceso como una oportunidad para restituir su honor, tras su dimisión, y rechazó el ofrecimiento de la Fiscalía de no ir a juicio a cambio del pago de una multa de 20.000 euros.
Wulff ha sostenido a lo largo del proceso que promocionó el proyecto de su amigo y productor, impresionado con la historia que narraba, la vida de un comerciante y diplomático alemán afiliado al partido nazi.
El político, que se convirtió en presidente del país en 2010 a propuesta de la canciller y presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Angela Merkel, dimitió del cargo en 2012 tras conocerse que había aceptado un crédito privado de medio millón de euros de otro amigo empresario para la compra de una casa.
A ello siguió una larga lista de vacaciones junto con su esposa, pagadas por amigos empresarios, así como las presiones ejercidas por Wulff sobre el popular diario "Bild" para que no aireara el asunto.