SIMFERÓPOL.- En vísperas del controvertido referéndum en la península ucraniana de Crimea para decidir sobre una eventual anexión a Rusia, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció hoy presiones y ataques contra periodistas y activistas.
Unidades paramilitares y las denominadas fuerzas de autodefensa atacaron y detuvieron a opositores de la consulta popular y a trabajadores de los medios de comunicación, señaló la organización defensora de los Derechos Humanos.
HRW pidió a las autoridades de Crimea que pongan fin a "la situación de privación de derechos, que desarmen a los uniformados y que lleven ante la Justicia a los culpables de esos crímenes".
"Las autoridades locales tienen la obligación por ley de proporcionar seguridad y protección a la población de su territorio", dijo Rachel Denber, de la organización, que denunció el secuestro reciente de seis activistas que participaron en febrero en Kiev en las manifestaciones para pedir la renuncia del entonces presidente ucraniano Viktor Yanukovich.
La organización criticó que las autoridades dejaran "manos libres a las fuerzas de autodefensa" antes de la celebración del referéndum. "Estas unidades, hasta ahora, se han concentrado a acallar voces críticas y en controlar la información", señaló Denber, que denunció un clima imperante de amenazas e intimidación.
Mientras tanto, los habitantes de la península del Mar Negro se preparaban hoy, durante la jornada de reflexión, para el referéndum al que están convocados los más de 1,8 milones de habitantes de Crimea.
En vista de que la mayoría de los que habitan en la península son rusos, todo hace pensar que la consulta dará luz verde a la anexión a la Federación rusa.
Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea consideran ilegal la consulta, mientras Rusia acusa la necesidad de respetar la voluntad popular. Además, justifica la anexión de Crimea por intereses de seguridad nacional -la Flota rusa del Mar Negro lleva más de 200 años desplegada en Sebastopol- y no se ha dejado intimidar por las amenazas de sanciones por parte de Occidente, llegando incluso a amenazar a Ucrania con una invertención militar.