Luisa Ortega, Fiscal General de Venezuela.
EFE (archivo)
CARACAS.- La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, admitió este domingo "excesos" en las fuerzas de seguridad durante la represión a las protestas contra el gobierno socialista de Nicolás Maduro, que han dejado a 34 fallecidos y cientos de heridos.
El Estado había negado tajantemente el maltrato de parte de policías y militares que han denunciado los líderes opositores y manifestantes durante la peor ola de protestas antigubernamentales en más de una década en Venezuela.
El Ministerio Público, en tanto, informó que ha abierto 60 investigaciones por presunta violación a los derechos humanos y ha apresado a 15 funcionarios sospechosos de ello desde el inicio de las manifestaciones hace más de un mes.
"En el tema de la violación a los derechos humanos, sí ha habido excesos policiales, pero desde el Ministerio Público nosotros estamos investigando", dijo la fiscal Ortega, en una entrevista televisada.
"Ha habido abusos", insistió Ortega, "pero una de las grandes mentiras es que el Estado venezolano es violador de los derechos humanos", acotó.
En una de las más sangrientas jornadas de protesta, el fin de semana tres venezolanos fallecieron baleados durante enfrentamientos entre opositores y motoristas armados, presuntamente leales al Gobierno de Maduro.
Casi a diario, los manifestantes chocan con la policía antimotines en una batalla con piedras y bombas molotov, de un lado, y gases lacrimógenos y perdigones, del otro.
La prensa internacional ha sido testigo de la violencia por parte de algunos manifestantes, pero también de las fuerzas de seguridad que han apuntado sus armas contra los civiles y maltratado a algunos, aparentemente, desarmados.
En un esfuerzo por demonizar las protestas, la televisión estatal muestra a diario imágenes de supuestos estudiantes protestando encapuchados e hiriendo a policías antimotines.
Del otro lado de la acera, líderes de la oposición y activistas de derechos humanos han mostrado vídeos en Internet donde se ve a las fuerzas de seguridad y supuestos grupos para policiales golpeando y amenazando a estudiantes opositores.
Sin embargo, Maduro ha dicho que la tortura terminó en Venezuela con la llegada al poder del fallecido Presidente Hugo Chávez en 1999.
El ex canciller y ex chofer de autobús ha culpado a sus adversarios políticos de querer desbancarlo siguiendo el libreto de un golpe de Estado que alejó brevemente del poder a Chávez en el 2002.
A pesar de ello, las protestas no parecen tener la fuerza suficiente como para hacer tambalear al ex sindicalista de 51 años.
Los opositores –en su mayoría estudiantes- permanecen firmes en las calles reclamando por el alto costo de la vida, la acuciante escasez de bienes básicos y la inseguridad de las que culpan a Maduro.