BEIJING.- La primera dama de EE.UU., Michelle Obama, insistió este martes en China en la importancia de los derechos civiles y la libertad religiosa, en una visita a priori sin contenido político.
"En Estados Unidos creemos que independientemente de dónde vivas, cuánto dinero tengan tus padres, o cuál sea tu raza o tu religión, si trabajas duro y crees en ti mismo, debes tener la ocasión de triunfar", dijo a cientos de estudiantes en un instituto de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan (suroeste).
Sichuan y otras provincias vecinas del Tíbet albergan una minoría de tibetanos, que según activistas pro derechos humanos son víctimas de represión religiosa y cultural por parte de las autoridades chinas.
Obama, que está de visita en China con su madre y sus dos hijas, comerá el miércoles en un restaurante tibetano de Chengdu, según el programa comunicado por la Casa Blanca.
La primera dama se presentó a sí misma y a su marido, el presidente Obama, como un ejemplo de lo positivo del movimiento de los derechos civiles, un asunto delicado en China.
"Llegado un momento, la gente decidió que esas leyes eran injustas", dijo Michelle Obama refiriéndose a las leyes de segregación racial vigentes en Estados Unidos hasta la década de los 60.
"Así que la gente organizó protestas pacíficas y marchas. Pidieron al gobierno que cambiara esas leyes, y votaron para elegir a políticos nuevos que compartieran este punto de vista".
"Poco a poco, pero con firmeza, Estados Unidos cambió", apostilló Michelle Obama. "Nos deshicimos de esas leyes injustas. Y hoy, 50 años más tarde, mi marido y yo somos presidente y primera dama de Estados Unidos", añadió.
Michelle Obama ya defendió el domingo ante los estudiantes de la Universidad de Pekín los derechos de expresión y religión, afirmando que "expresarse libremente y profesar la religión que uno elige, así como tener un acceso abierto a la información son derechos universales, inherentes a cualquier persona de este mundo".