NAIROBI.- Los ataques de la milicia radical islámica Boko Haram y las represalias del Ejército nigeriano han causado al menos 1.500 muertos en los tres primeros meses del año, la mitad de ellos civiles, según Amnistía Internacional (AI).
En un informe divulgado hoy, se advierte de que el enfrentamiento entre ambas partes en el noroeste del país se ha convertido en un verdadero conflicto armado.
"Más de 1.500 muertos en tres meses indican un alarmante deterioro de la situación. La comunidad internacional no puede continuar mirando hacia otro lado ante las ejecuciones extrajudiciales y los ataques contra civiles", señala el director de Investigación de AI en África, Netsanet Belay.
Más de la mitad de los asesinatos han sido perpetrados por la milicia islámica, entre cuyas víctimas figuran decenas de niños muertos en ataques a escuelas.
En el informe también se destaca la "brutal represión" que está llevando a cabo el Ejército, que en numerosas ocasiones mató a civiles que nada tenían que ver con Boko Haram.
Según AI, el pasado 14 de marzo, el grupo armado entró en un cuartel militar de Maiduguri y liberó a centenares de presos.
Cuando el Ejército recuperó el control de la situación y volvió a capturar a los reos, ejecutó a 600 de ellos.
"La escala de las atrocidades llevadas a cabo por Boko Haram es verdaderamente impactante, pero esto no puede ser utilizado para justificar la brutalidad de la respuesta de las fuerzas nigerianas", subraya Belay.
"La ejecución sumaria de estos detenidos equivale a ejecuciones extrajudiciales que contravienen el derecho internacional" y la comunidad internacional debe investigar los crímenes contra la Humanidad que se están cometiendo en Nigeria, añade.
Nigeria asumirá el mes próximo la presidencia del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, algo que esta institución debería plantearse ante la incapacidad de investigar los crímenes que se están cometiendo en su propio país, critica el director de Investigación de AI.
Desde mayo del pasado año, Nigeria mantiene una ofensiva antiterrorista en los estados de Yobe, Borno y Adamawa, en el noreste del país (todos ellos bajo estado de emergencia), aunque los ataques integristas continúan.
Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la Sharía o Ley Islámica en el país africano, de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos, según cifras del Ejército nigeriano.