AFP
KIEV.- Luego de que activistas prorrusos ocuparan instalaciones gubernamentales en el este de Ucrania y declararan la ciudad de Donetsk república independiente, los gobiernos de Ucrania y Estados Unidos acusaron a Rusia de fomentar los disturbios en su país vecino, incluso mediante "pagos".
Kiev utilizó duros términos y señaló que Rusia alentaba los disturbios para propiciar otra incursión militar en territorio ucraniano, luego de haber anexado ya la península ucraniana de Crimea.
Poco después, el gobierno de Estados Unidos respaldó esas acusaciones e incluso afirmó que existen "fuertes pruebas" de que algunos de los manifestantes prorrusos que ocuparon edificios públicos este fin de semana eran "pagos y no eran residentes locales".
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, señaló que algunos de los separatistas que declararon este lunes la localidad de Donetsk como república independiente e instaron a celebrar un reférendum sobre su estatus el próximo 11 de mayo fueron alentados por "fuerzas externas" bajo la presión de Rusia.
Carney advirtió nuevamente a Moscú de que una incursión en el este de Ucrania, ya sea "abierta o encubierta", sería una "grave agudización" que podría derivar en una ronda más dura de sanciones contra Rusia.
Tras la toma el fin de semana de varios edificios públicos en las ciudades de Járkov, Lugansk y Donetsk, cientos de activistas prorrusos entraron en el edificio de la administración local de esta última y la declararon república soberana.
Tras ello pidieron a Putin el envío de tropas de paz para que los protegiera del "sistema fascista de la Junta de Kiev", según imágenes de video transmitidas por los medios locales.
Los activistas anunciaron además la celebración de un referéndum sobre la anexión a Rusia similar al celebrado en la península de Crimea.
A diferencia de Crimea, en el este de Ucrania no existe una mayoría que apoye el ingreso en la Federación Rusa. Además, Moscú no reconoció por el momento la autoproclamada república.
La anexión de la península de Crimea comenzó con manifestaciones similares por parte de la población, que el mes pasado votó a favor de entrar en la Federación Rusa en un referéndum considerado ilegal por el gobierno ucraniano y por Occidente.
El presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinov anunció el lanzamiento de una "operación antiterrorista" contra los activistas que utilicen armas contra las autoridades y presentó una propuesta de ley con mayores castigos para los separatistas. El separatismo "no es política, es un grave crimen", dijo.
El primer ministro en funciones de Ucrania, Arseni Yatseniuk, advirtió también que las protestas son "un plan anti-ucraniano (...) para desestabilizar la situación de modo de que las tropas extranjeras crucen la frontera y ocupen el territorio".
Tanto Yatseniuk como Turchinov advirtieron que un gran número de tropas rusas siguen estacionadas cerca de la frontera con Ucrania.
Rusia rechazó cualquier responsabilidad en los asalto en el este de Ucrania. "Basta de acusaciones contra Rusia, a la que se responsabiliza de todos los problemas actuales de Ucrania", afirmó el Ministerio de Exteriores de Moscú.
"El pueblo ucraniano exige respuestas claras a Kiev", agregó el Ministerio ruso, que volvió a exigir una federalización de la ex república soviética.
En una conferencia telefónica sostenida entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se trazaron cuatro posibles vías para mantener conversaciones que incluyan la participación de Ucrania y la Unión Europea (UE), informó la portavoz del Departamento estadounidense, Jen Psaki.
En la comunicación, Kerry insistió en que Rusia debe repudiar públicamente las actividades de "los separatistas, los saboteadores y los provocadores" en Ucrania.
Kerry reiteró ante su par ruso que la ocupación de instalaciones públicas en diversas localidades del este ucraniano no parecen ser "eventos espontáneos" sino "una campaña cuidadosamente orquestada con respaldo ruso".
Lavrov, en tanto, se comunicó con su par alemán, Walter Steinmeier, para insistir en la necesidad de sostener un diálogo nacional con Ucrania y avanzar en una reforma constitucional que reconozca los derechos de la población rusoparlante.
Al mismo tiempo, Rusia se negó a asistir a una reunión especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE) en la supuestamente debía explicar sus actividades cerca de la frontera ucraniana.
La ex primera ministra ucraniana y candidata a las elecciones presidenciales Julia Timoshenko llegó en tanto a Donetsk para mantener reuniones con las autoridades locales y planea viajar a Lugansk, en su primer traslado al este del país después de que fuese liberada de prisión en febrero de este año.
La OTAN anunció hoy una restricción de la libertad de movimiento de los diplomáticos rusos en su central de Bruselas. A pesar de no ser miembro de la Alianza Atlántica, Rusia cuenta con 70 diplomáticos en su embajada en la capital belga, siendo una de las mayores representaciones en la sede de la alianza atlántica.