AFP
DONETSK.- El primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk viajó este viernes a Donetsk para intentar buscar una salida a la insurrección de miles de activistas prorrusos en el este del país, una situación que agudiza la tensión entre Rusia y Occidente.
Para intentar rebajar la misma, la peor crisis tras la Guerra Fría, el 17 de abril tendrá lugar en Ginebra una reunión cuatripartita, con la participación de Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), anunció el viernes el departamento de Estado norteamericano.
Precisamente, su responsable, John Kerry, viajará a Ginebra para "continuar los esfuerzos para una 'desescalada' de la situación y encontrar una vía diplomática".
Asimismo, los países del G20 evocaron con prudencia la crisis en Ucrania durante su reunión el viernes en Washington, y advirtieron que están a "atentos a todos los riesgos" que representa para la estabilidad económica mundial.
"Estamos vigilando la situación económica en Ucrania, atentos a todos los riesgos a la estabilidad económica y financiera", sostuvieron los ministros de Finanzas del G20 en su declaración, tras reunirse desde la tarde del jueves en la capital estadounidense.
En el terreno, activistas, algunos armados, ocupan desde el domingo la sede de la administración regional en Donetsk y el de los Servicios de Seguridad (SBU) en Lugansk, una ciudad ubicada a unas decenas de kilómetros de la frontera rusa.
El presidente ruso Vladimir Putin ha prometido proteger "a cualquier precio" a la población rusa de los países de la ex-Unión Soviética y movilizó en la frontera con Ucrania a cerca de 40.000 soldados, según la OTAN, que teme una invasión y aseguró este viernes que hay que tomar "medidas suplementarias" de seguridad.
A pesar de que el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, amenazó a los separatistas con expulsarlos a la fuerza si no deponen las armas, el primer ministro intentó este viernes negociar con los prorrusos.