TOKIO.- Más de un centenar de parlamentarios y políticos japoneses visitaron este martes el controvertido santuario Yasukuni de Tokio, lo que puede irritar a China en particular, en la víspera del comienzo de una gira asiática del Presidente estadounidense Barack Obama.
Casi 150 parlamentarios y ministros conservadores rezaron en el lugar en que se homenajea a los muertos por la patria en diferentes conflictos bélicos, entre los que figuran 14 criminales de guerra condenados a muerte tras la II Guerra Mundial, informó un portavoz.
Entre los asistentes se encontraba el ministro de Asuntos Internos y Comunicaciones del gobierno conservador de Shinzo Abe, Yoshitaka Shindo, quien rezó en el lugar, para que "semejantes tragedias no vuelvan a reproducirse", según afirmó.
Los parlamentarios conservadores japoneses también ya visitaron masivamente el lugar al cumplirse un nuevo aniversario de la capitulación japonesa, que tuvo lugar el 15 de agosto de 1945.
"Las almas honradas son de quienes sacrificaron sus vidas por el país", dijo el senador Hidehisa Otsuji. "Mi padre fue uno de ellos", añadió.
Como la gran mayoría de los presentes, Otsuji es miembro del Partido Liberal-Demócrata (PLD, derecha conservadora), presidido por Abe.
Este mismo martes, el Primer Ministro nipón exhortó a China a "respetar el espíritu" del acuerdo de 1972, en el que Pekín se comprometió a no pedir reparación por los daños causados por Japón en la última guerra.
Esta visita de los políticos nipones se inscribe en el marco del festival de Primavera de este sitio de culto sintoísta, inaugurado el lunes y que dura tres días, y tuvo lugar la víspera de la llegada a Tokio del presidente Obama.
China y Corea del Sur consideran que se trata de un recordatorio del pasado militarista nipón y lanzan duras críticas cuando el lugar es frecuentado por personajes políticos, afirmando que buscan atizar el fuego de la controvertida situación actual de sus relaciones.
El propio Abe obsequió el lunes un árbol al controvertido santuario, también con motivo de la festividad primaveral.
Abe no se desplazó al templo sino que envió al mismo un "masakaki", un árbol considerado sagrado, indicaron la víspera la agencia Jiji y otros medios informativos japoneses.
Esta ofrenda del árbol hace interpretar a los medios de comunicación y especialistas que Abe no acudirá al santuario en estos días, pero sí lo hizo en diciembre pasado para celebrar el primer aniversario de su regreso al poder.
Esta primera visita de un jefe de gobierno japonés desde 2006 enfadó a Pekín y Seúl, cuyas relaciones con Tokio están minadas también por litigios territoriales en los mares de China y Japón, y se convierte en algo aún más delicado ante la inminente llegada de Obama a la capital nipona.
El mandatario estadounidense llegará la noche del miércoles a Tokio y se quedará hasta el viernes, en el marco de una gira asiática en la que pedirá a sus aliados japonés y surcoreano que mejoren sus relaciones.