A la derecha, el cardenal Sean Patrick O'Malley, junto a otros miembros de la comisión pontificia.
ReutersCIUDAD DEL VATICANO.- La Comisión para la Protección de los Menores que instituyó el Papa Francisco explicó hoy tras su primera reunión que trabajará en programas de educación, formación y respuesta ante los abusos y sobre todo para proteger a los menores.
La comisión se reunió por primera vez en la Casa de Santa Marta, la residencia del Vaticano donde también vive el Papa, desde el pasado 1° de mayo hasta hoy, con el objetivo de presentar al pontífice sugerencias sobre las funciones del organismo y proponer el nombramiento de otros miembros procedentes de diversos lugares del mundo.
Tras esta primera ronda de reuniones, los miembros emitieron un comunicado en el que declararon su "profunda solidaridad a todos los que han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niños o adultos vulnerables".
Para después explicar que en su primera reunión con el papa, la comisión ha comunicado que será "muy importante asegurar la responsabilidad de la Iglesia", así como "la puesta a punto de medidas y procedimientos eficaces y transparentes".
En estas primeras jornadas, explican, han examinado muchas propuestas "sobre la forma en que la Comisión podría colaborar con expertos de sectores relacionados con la salvaguardia de los menores y los adultos vulnerables".
Los miembros comunicarán en el futuro al Papa Francisco los resultados de su trabajo y propondrán "iniciativas para fomentar la responsabilidad local en todo el mundo y el intercambio mutuo de prácticas mejores para la protección de todos los menores, mediante programas de preparación, educación, formación y respuesta ante los abusos".
En su reunión con el papa, la comisión ha comunicado que será "muy importante asegurar la responsabilidad de la Iglesia, incluida la puesta a punto de medidas y procedimientos eficaces y transparentes"
Aunque precisaron que la Comisión no tratará los casos individuales de abusos, destacaron que habrá "propuestas específicas que hagan hincapié en la sensibilización de la opinión pública sobre las trágicas consecuencias del abuso sexual y de las devastadoras repercusiones de no escuchar o no informar cuando se sospecha un abuso, así como de la falta de ayuda a las víctimas de abusos sexuales y a sus familias".
Al mismo tiempo, instaron a que "parroquias, escuelas e instituciones sean lugares seguros para todos los menores" y se comprometieron "a asegurar que los niños y los adultos vulnerables estén protegidos de los abusos".
El papa Francisco nombró el pasado 22 de marzo a los ocho miembros de esta Comisión.
Estos son el sacerdote y teólogo argentino Humberto Miguel Yáñez Molina y la irlandesa Marie Collins, víctima de abusos sexuales por parte de un religioso, así como la francesa Catherine Bonnet; la psiquiatra británica Sheila Hollins; el profesor de derecho canónico, el italiano Claudio Papale, el sacerdote y teólogo alemán Hans Zollner y la polaca Hanna Suchocka, quien fue primer ministro del país desde 1992 hasta 1993 y conocida por sus numerosos ensayos sobre Derechos Humanos.
Mientras que también forma parte el arzobispo de Boston, cardenal Seán Patrick O'Malley, conocido por su lucha contra esta lacra en la Iglesia.