El tribunal de Jartum condenó a muerte a la joven cristiana que no quiso abjurar de su religión.
EFEJARTUM.- Pese a intensas gestiones realizadas por países occidentales, un tribunal de Sudán finalmente condenó a muerte a una mujer cristiana que fue acusada de "apostasía" contra el Islam, mayoritario en esa nación africana.
La sentenciada, quien tiene 27 años de edad, deberá ser conducida a la horca de acuerdo a la legislación que rige en el país.
"Le dimos tres días para abjurar de su fe pero usted ha insistido en no volver al Islam. La condeno a la pena de muerte en la horca", declaró tajante el juez de Jartum Abas Mohamed al Jalifa.
Meriam Yahia Ibrahim Ishag también fue condenada a cien latigazos por "adulterio". Ella permaneció impasible al conocer el duro veredicto.
La joven está embarazada de ocho meses y actualmente permanece en la cárcel con un hijo de 20 meses. Nada de eso sirvió para conseguir clemencia en el tribunal.
Durante la audiencia, un jefe religioso musulmán intentó convencerla de dejar su fe. Meriam respondió con calma, dirigiéndose al juez: "Soy cristiana y nunca he cometido apostasía".
Tras conocerse el dictamen, gobiernos occidentales y organizaciones defensoras de los derechos humanos arreciaron sus críticas contra el gobierno sudanés.
Así, Amnistía Internacional (AI) pidió al régimen de Jartum que ponga en libertad de inmediato a la mujer.
El Departamento de Estado de EE.UU., en tanto, exigió al gobierno de Sudán que "respete el derecho a la libertad religiosa contemplado en su propia Constitución interina de 2005".
"Condenamos con firmeza esta sentencia y urgimos al gobierno sudanés a respetar las obligaciones contempladas por las leyes internacionales de derechos humanos", añadió en un comunicado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Caitlin Hayden.
El secretario de Estado británico de Relaciones Exteriores encargado de África, Mark Simmonds, dijo estar "verdaderamente consternado".
"Esta sentencia bárbara muestra la cruel brecha entre las prácticas de los tribunales sudaneses y las obligaciones internacionales del país en materia de derechos humanos", acusó en un comunicado.
Manifestaciones encontradas
En Jartum, en tanto, cerca de cincuenta personas realizaron una manifestación contra la condena a muerte.
"No a la ejecución de Meriam", "Los derechos religiosos son un derecho constitucional", se leía en las pancartas que portaban.
Poco después llegó al lugar otro grupo, formad por partidarios de la sentencia.
"Es una decisión judicial. ¿Por qué están aquí reunidos?", preguntó uno de sus miembros dirigiéndose a los defensores de la mujer.
Según AI, Ishag fue criada en el cristianismo ortodoxo, la religión de su madre, dado que su padre, musulmán, estuvo ausente durante su infancia. Más adelante, la joven se casó con un cristiano de Sudán del Sur, enlace considerado ilegítimo por las autoridades islámicas, por lo que la acusaron de "adulterio".
