Los milicianos prorrusos no han tenido mayores problemas para controlar grandes extensiones de territorio en el oriente de Ucrania.
APDONETSK.- La operación que lanzó hace un mes el gobierno de Kiev con el objetivo de recuperar el control del este de Ucrania, dominado por separatistas prorrusos, es a todas luces un fracaso y muestra la impotencia de las autoridades ante los rebeldes, según admiten expertos militares.
"La operación ha resultado ineficaz, porque las fuerzas ucranianas no estaban preparadas", afirma categórico el especialista Mykola Sungurovski.
Yaroslav Gonchar, comandante adjunto del batallón Azov, una unidad de voluntarios integrada en la Guardia Nacional ucraniana, coincide con el negro diagnóstico y lo atribuye tanto a la falta de apoyo local como a la incompetencia militar de los mandos.
"A nivel local, la traición de la policía y la oposición de la población, unidas a la incompetencia de quienes planifican las operaciones" explican el fracaso, apunta.
Como para hacer eco de su análisis, los resultados mostrados por la llamada "operación antiterrorista" exhiben la falta de preparación de las unidades ucranianas, que no han estado a la altura de los insurgentes.
En pocos días, varios helicópteros fueron abatidos y los rebeldes se apoderaron de blindados ligeros y tanques, en una serie de pequeñas y humillantes derrotas del ejército ucraniano.
"No tiene sentido hacer el balance de esta operación. No hay ningún resultado relevante y las fuerzas ucranianas no tienen ni de lejos los medios necesarios para restaurar el orden en la región", describe en Kiev Volodimir Fesenko, experto del centro de estudios políticos Penta.
Los operativos lanzados el 13 de abril pasado tenían objetivos precisos: desarmar a los grupos prorrusos, liberar los edificios ocupados y restablecer la autoridad del gobierno central en las regiones de Donetsk y Lugansk, cercanas a la frontera rusa, donde viven unos 7 millones de habitantes.
"No permitiremos que Rusia repita en el este de Ucrania el guión de Crimea", había asegurado entonces el Presidente ucraniano interino, Olexander Turchinov, aludiendo al rápido proceso en el que la estratégica península fue ocupada por prorrusos y anexada a Moscú.
No obstante, hoy las regiones de Donetsk y Lugansk, inscritas en la cuenca minera del Donbass, están cada vez más lejos del control de Kiev. Los partidarios de Rusia controlan las ciudades y gran parte del territorio.
Apelar a las élites locales
El domingo pasado, las autoproclamadas "República Popular de Donetsk" y "República Popular de Lugansk" se anotaron como un triunfo la participación de la población en un referéndum que había sido considerado ilegal por Kiev y países occidentales.
En medio de este escenario, expertos como Fesenko prevén que la opción militar no tiene futuro en el este de Ucrania.
"Conservar el Donbass por la fuerza no va a ser posible. Sólo lo será mediante la negociación", explica el experto.
Una fórmula reside, añade, en implicar en el proceso a las élites locales y en particular al magnate Rinat Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania y el empresario más importante del oriente del país.
El especialista considera que si la operación militar no se ve acompañada rápidamente de negociaciones, "el Donbass se convertirá poco a poco en Transnistria", la región independentista prorrusa de Moldavia, que nadie reconoce.
"Y todavía hay variantes peores: una guerra larga y una escalada de violencia, es decir, el escenario yugoslavo", apunta.