MONTEVIDEO.- Una familia del departamento uruguayo de Durazno logró esta semana encontrar a su hijo, desaparecido hace cuatro años, y que llevaba tres internado en un hospital de la provincia argentina de Corrientes.
Los familiares vieron la fotografía del hombre de 38 años publicada en las redes sociales, a través de un perfil público que le habían creado los enfermeros del hospital en el que se encuentra internado.
"Le reconocimos porque físicamente está igual, aunque ahora no puede caminar y no reconoce a nadie, porque sufrió daño neurológico", explicó hoy a Efe Cándido Cuevas, el padre del hombre desaparecido, cuyo nombre sería Fernando Cuevas.
La familia del desaparecido reside en la ciudad de Durazno, capital del departamento del mismo nombre al centro de Uruguay y a unos 200 kilómetros al norte de Montevideo.
El hombre fue encontrado en septiembre de 2011 en una carretera del paraje de Ramada Paso, en el norte de Argentina, cercano a la frontera con Paraguay, según el relato que aparece en su perfil de las redes sociales.
En el momento en que lo encontraron, estaba vestido de mujer, deshidratado, con la glucemia casi en el límite inferior y con signos de haber recibido una paliza, refirieron los enfermeros en el perfil.
En un bolsillo de su ropa llevaba escrito un papel con el nombre "Wilson Pérez", que fue el que utilizaron los sanitarios para abrirle el perfil en las redes sociales y que, según Cándido Cuevas, es el nombre de un amigo de la infancia de su hijo.
El hombre fue trasladado al hospital Vidal de Corrientes, donde recibió atención médica, y fue internado para comenzar su tratamiento de rehabilitación.
Según los enfermeros que le atienden, no puede alimentarse por sí sólo, ni hablar, ni mover sus extremidades, debido al daño neurológico que padece, presuntamente causado por varios golpes que recibió en la cabeza.
El personal del centro sanitario intentó localizar sin éxito a familiares o conocidos del interno, hasta que hace pocas semanas se les ocurrió difundir la imagen a través de las redes sociales, donde fue compartida de forma masiva.
Gracias a esta vía, la familia Cuevas reconoció a su pariente desaparecido en una imagen en la que aparecía tumbado en una cama de hospital, luciendo un tatuaje en su brazo izquierdo con el símbolo internacional de los anarquistas.
"Sentimos mucha alegría por haberlo localizado, pero también mucha tristeza por el estado en el que se encuentra", expresó Cándido Cuevas.
Relató que su hijo Fernando comenzó a viajar hará unos diez años hacia Brasil, donde pasaba algunas temporadas "como mochilero y vendiendo artesanías", y después regresaba por breves períodos a Durazno, su localidad natal.
Hasta que, hace cuatro años, en uno de sus viajes, Fernando no volvió, y aunque sus familiares intentaron localizarle a través de las autoridades brasileñas, nunca tuvieron noticias de él.
La familia prevé desplazarse el próximo martes a Corrientes con la documentación del hombre, para "traerlo por fin de vuelta a casa, y tratar de rehabilitarlo", indicó Cuevas.