La entrada al pueblo dejará de verse así tras el cambio de nombre.
AFPMADRID/BURGOS.- Los apenas 60 vecinos de Castrillo Matajudíos, en la provincia española de Burgos, tuvieron el domingo una doble cita con las urnas. No solo elegían a los diputados en el Parlamento Europeo. El alcalde los convocó a la vez a un referéndum para decidir si se cambiaba o no el nombre del pueblo, al considerarlo antisemita.
Ganó el sí y el lugar dejará atrás el término ofensivo que llevó implicíto el que durante siglos fue su nombre. A partir de ahora se llamará Castrillo Mota de Judíos por decisión vecinal.
El antigo nombre "no hacía justicia" a un pueblo descendiente de una antigua judería que se fundó en el siglo XI, explica su alcalde, Lorenzo Rodríguez.
Mientras la abstención marcaba el domingo la jornada electoral en toda España, en Castrillo el referéndum animó la participación hasta registrar un récord histórico. Votaron 53 de los 56 vecinos, un 93 por ciento.
Si los vecinos hubieran querido mantener el nombre, "hubiera dimitido mañana mismo", decía el alcalde, que había prometido respetar la decisión de la mayoría, "aunque solo fuera por un voto", en un referéndum que legalmente solo es consultivo, no vinculante.
Castrillo Matajudíos es un pueblo típicamente castellano situado en la margen derecha de un río, el Odra. A 48 kilómetros de Burgos y 200 al norte de Madrid, desarrolla su vida alrededor de la iglesia. Sus tierras se extienden sobre hectáreas de tranquilo paisaje de cereales, la principal fuente económica junto a algo de ganado.
No todo el mundo quería allí cambiar el nombre: 19 vecinos votaron por mantenerlo, frente a 29 que pidieron cambiarlo. Cuatro votos fueron nulos. Las alternativas para el cambio eran dos: Castrillo Mota de Judíos y Castrillo Motajudíos. Y una amplia mayoría apostó por la primera opción.
La Mota es la colina en la que vivió la comunidad judía de esa zona desde el siglo XI hasta el XV, cuando los judíos fueron expulsados de España por los Reyes Católicos. "De ahí viene el verdadero nombre del pueblo, Castrillo Motajudíos", dice el alcalde.
La denominación que ahora se cambiará llegó en el siglo XVII cuando un escriba se equivocó y cambió el nombre del pueblo por error. "El escriba nos cambió el nombre con la mala suerte de que muchos se piensan que aquí hemos matado a los judíos cuando nunca fue así", indica Rodríguez.
La zona fue buena para los judíos durante la Edad Media. Muchos tuvieron allí negocios con vistas a la ruta del Camino de Santiago, en la que se encuentra. "Fueron siempre tratados con respeto por los habitantes cristianos", asegura el municipio.
En 2009, el ayuntamiento encargó estudios sobre la mota en la que se asentaron los judíos en el siglo XI y los arqueólogos tienen aún previstas algunas excavaciones. El alcalde quiere desempolvar la historia de los judíos del pueblo y convertirla en recurso turístico, sobre todo a través de la recuperación de la antigua zona de la judería.
La denominación que ahora desaparecerá no solo no es políticamente correcta, también generó algún inconveniente. "La policía me dijo que tuviera mucho cuidado con el carnet", decía Agustín, relatando a medios españoles su temor a tener problemas con las autoridades israelíes cuando viajó a Jerusalén.
No volverá a ocurrir. El pleno del Ayuntamiento acordará oficialmente el cambio de nombre el 3 de junio y lo solicitará entonces a las instituciones provinciales. En poco tiempo, Castrillo dejará para siempre de ser Matajudíos.