Entidades internacionales se han mostrado conmovidas por este caso y han solicitado a Sudán respetar las libertades religiosas.
Agencias (imagen referencial)
KHARTOUM.- Una mujer sudanesa
condenada a muerte a principios de este mes después de negarse a renunciar a su fe cristiana, dio a luz en la cárcel encadenada de manos y pies, informó la prensa local.
Los diarios Al-Sudani y Akhbar Al Youm señalaron que Meriam Yahia Ibrahim Ishag, de 27 años, fue madre de una niña el pasado martes en la clínica del centro penitenciario femenino de Omdurman, cerca de la capital, Jartum.
Ibrahim, que está casada con un hombre cristiano, fue condenada a muerte en la horca por apostasía. Considerando su embarazo, el juez dio un plazo de dos meses para que se efectúe su ejecución, para que así pueda amamantar a su hijo mientras las autoridades le encuentran una familia adoptiva.
El abogado de Ibrahim, Al- Sharif Mohammed, dijo que el padre musulmán de su representada dejó a su madre cuando ella era una niña, y ella fue criada sólo por esta última, que es cristiana ortodoxa etíope.
Un tribunal de Jartum ordenó también que Ibrahim recibierá 100 latigazos por haber tenido relaciones sexuales ilegales con su marido, Daniel Wani, un cristiano del sur de Sudán con ciudadanía estadounidense.
Ibrahim y Wani se casaron en una ceremonia cristiana en 2011 y tienen un hijo llamado Martín, de 18 meses de edad, que está con ella en la cárcel. La pareja posee varios negocios, incluyendo una granja al sur de Jartum.
Amnistía Internacional condenó de inmediato la sentencia, que calificó de "repugnante".
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que estaba "profundamente preocupado por la sentencia" y pidió al gobierno de Sudán respetar las libertades religiosas.
Condena a muerte a quienes dejen de ser musulmanes
El código penal de Sudán penaliza la conversión de musulmanes a otras religiones, y lo considera como un delito que se condena con la muerte.
Toda persona nacida de padre musulmán es automáticamente un musulmán. Al igual que en muchas otras naciones, a las mujeres que profesan esa religión en Sudán se les prohíbe casarse con no musulmanes, aunque los hombres musulmanes pueden casarse fuera de su fe. Por ley, los niños deben seguir la religión de su padre.