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SEÚL.- El juicio a la tripulación del ferry surcoreano que se hundió en abril y dejó más de 300 muertos y desaparecidos se abre este martes en presencia de decenas de familiares de las víctimas, en un clima de tensión y de presión popular.
El ferry transportaba 476 personas, entre ellas 325 estudiantes de secundaria que participaban en un viaje escolar, cuando naufragó el 16 de abril frente a la costa meridional de Corea del Sur, seguramente desequilibrado por un exceso de carga.
El capitán Lee Joon-seok y otros tres tripulantes comparecían ante un tribunal de Gwangju por "homicidio por negligencia", un crimen que puede acarrear pena de muerte.
Unos 60 detenidos esperan en el corredor de la muerte en Corea del Sur pero las ejecuciones no se practican desde 1997.
Otros once miembros de la tripulación deben responder a acusaciones menos graves.
La tripulación del "Sewol" está acusada de abandonar el barco dejando a bordo a cientos de pasajeros atrapados cuando el ferry se estaba inclinando.
El balance de la tragedia, cuando se abre el proceso, es de 172 rescatados, 292 muertos y 12 desaparecidos. Los buceadores siguen explorando el barco hundido.
La tragedia causó una profunda conmoción en la opinión pública surcoreana, por la juventud de las víctimas y por las revelaciones de la investigación acerca de la incompetencia de la tripulación, del laxismo y corrupción de las autoridades de control y seguridad marítimos.
El capitán Lee, cuya huida a barcos guardacostas fue filmada y difundida por televisiones de todo el mundo, concentra el odio popular y los debates prometen ser complicados para sus abogados ante tres magistrados profesionales.
Según la prensa surcoreana, numerosos bufetes de abogados rechazaron asumir su defensa y al final lo harán seis jóvenes abogados de oficio.
"El tribunal estará bajo presión. La emoción sigue siendo muy fuerte", explica Jason Ha, director de un gabinete de abogados en Seúl.
La audiencia de esta martes estará dedicada a cuestiones de procedimiento.
Mientras tanto la policía sigue buscando a Yoo Byung-Eun, el patriarca de la familia que controla la compañía Chonghaejin Marine, propietaria del ferry. Su hija Yoo Som-na fue detenida a principios de junio en París.