Más de 80 hinchas, la gran mayoría de ellos chilenos, entraron violentamente a la sala de prensa del Maracaná con el objetivo de ver el partido sin pagar.
AFP
RÍO DE JANEIRO.- El Gobierno brasileño impuso este miércoles un plazo de 72 horas para que abandonen el país los 85 hinchas extranjeros, principalmente chilenos, detenidos este miércoles por haber invadido el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El grupo trató de ingresar a la fuerza al histórico escenario deportivo en los minutos previos al encuentro entre las selecciones de Chile y España.
"En cuanto a los aficionados extranjeros que invadieron el centro de prensa del Maracaná, la Policía Federal informa de que notificará a los 85 individuos a dejar el país en un plazo máximo de 72 horas", advirtieron autoridades locales.
Los visitantes que se nieguen a cumplir ese plazo serán deportados de manera sumaria, agrega una nota remitida por la Policía Federal brasileña.
Pese a que las informaciones iniciales daban cuenta de que los 85 detenidos eran chilenos, la Policía Federal los trató como extranjeros y no aclaró si había aficionados de otras nacionalidades.
Violenta estampida
La FIFA informó que los invasores, que no tenían entrada para el partido, "forzaron de forma violenta la entrada al estadio y quebraron algunas cercas para sobrepasar a los guardias de seguridad".
De acuerdo con el órgano rector del fútbol, los participantes en el incidente cruzaron en estampida por la sala de prensa del estadio en su intento de encontrar una puerta de acceso a las gradas.
Durante la arremetida provocaron daños, pero fueron contenidos e impedidos de llegar hasta los asientos.
El ente rector del fútbol informó que anunciará pronto las medidas que adoptará para evitar este tipo de incidentes, que ya se habían registrado en el partido entre Argentina y Bosnia en el Maracaná el domingo pasado. En esa oportunidad, nueve hinchas argentinos fueron detenidos.
La mayor parte de los hinchas, que estaban vestidos con la camiseta de la selección chilena, fueron detenidos dentro de la sala de prensa del estadio. Luego de quedar copados se rindieron sin ofrecer resistencia.
Entre los daños en el equipamiento del centro deportivo se cuentan la rotura de dos paneles. También arrojaron al suelo cámaras y material de prensa.
Una parte de los hinchas fueron conducidos a la comisaría de policía situada en el interior del Maracaná y los restantes quedaron bajo vigilancia en comisarías en barrios vecinos, debido a la elevada cantidad de detenidos.
