BAGDAD.- El Primer Ministro iraquí, Nuri al Maliki, rechazó hoy la formación de un gobierno de unidad nacional para intentar dar una salida al actual conflicto, como han pedido varios partidos políticos del país y parte de la comunidad internacional.
"Los llamados para formar un gobierno de salvación nacional son un golpe contra la Constitución y un intento de eliminar el proceso democrático", denunció Al Maliki en su discurso semanal televisado.
El responsable chií acusó además a fuerzas políticas "que se han rebelado contra la Constitución" de unirse a las filas del yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) y de dar cobertura a la insurgencia suní para que controle la provincia septentrional de Nínive.
"En medio de las difíciles circunstancias no hemos escuchado a los socios políticos hablar de un respaldo al Gobierno y actúan como si fueran a repartirse el botín", lamentó Al Maliki.
El primer ministro advirtió de que el país hace frente a "una feroz amenaza terrorista", que cuenta con la ayuda y el respaldo de países vecinos, a los que no identificó.
"Permaneceremos fieles a la voluntad de los iraquíes fortaleciendo el proceso democrático y celebraremos la primera sesión del Parlamento", elegido en abril pasado, agregó Al Maliki.
Varios partidos políticos iraquíes -suníes y chiíes- han llamado en los últimos días a la formación del un gobierno de unidad nacional que englobe a las distintas partes y han abogado por diferenciar entre las demandas legítimas de los suníes y las acciones del EIIL.
También ha solicitado un gabinete de unidad el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que visitó Bagdad hace dos días.
"Cuando los chiíes, los suníes y los kurdos participen en elegir al Gobierno, Irak será más fuerte y seguro", subrayó entonces.
Muchas piden que Al Maliki no vuelva a encabezar un ejecutivo, pese a que su coalición Estado de Derecho ganó las elecciones parlamentarias de abril pasado, aunque sin mayoría suficiente.
Está previsto que el próximo 1 de julio el Parlamento iraquí elija a su presidente y posteriormente al jefe del Gobierno, unos plazos con los que Al Maliki se ha comprometido.