WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió una carta a los principales líderes del Congreso para solicitarles su colaboración en la construcción de "una estrategia de disuasión agresiva" contra la inmigración infantil masiva que se está agolpando en la frontera sur del país.
En la misiva, el Mandatario detalla los esfuerzos ya realizados por su Gobierno y solicita a los legisladores su apoyo para la creación de "nuevas herramientas" y la obtención de los recursos necesarios que permitan abordar la crisis humanitaria.
La carta, de tres páginas, detalla además que enviará una propuesta más detallada la semana próxima, a la vuelta del receso actual del Congreso por la festividad del 4 de julio.
"Espero con interés trabajar con ustedes para hacer frente a esta situación de urgencia lo más rápidamente posible", insiste el gobernante estadounidense en la nota.
Obama se ha puesto en contacto con los congresistas apenas dos días después de que varios medios estadounidenses adelantaran que el Mandatario prevé pedir al Congreso nuevos fondos, por un valor de 2.000 millones de dólares, para afrontar el flujo de niños centroamericanos que llegan solos a la frontera.
Un funcionario de la Casa Blanca aseguró a Efe que está por confirmarse la cifra de esos fondos y agregó que se espera que Obama los solicite formalmente a partir del 7 de julio.
"Este aumento de los recursos significa que los casos se tratarán de modo justo y tan rápido como sea posible, y garantizarán la protección de los solicitantes de asilo y refugiados al tiempo que permitirán el retiro inmediato de quienes que no reúnen los requisitos para el asilo u otras formas de alivio de deportación", escribió el Presidente en la carta.
Además de la solicitud económica dirigida a los esfuerzos humanitarios y de seguridad derivados de la llegada masiva de niños, Obama pedirá al Congreso que revise las normas actuales para dar más autoridad al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, con el fin de acelerar la deportación de los niños centroamericanos.
La ley estadounidense prohíbe al Departamento de Seguridad Nacional deportar a los niños inmigrantes inmediatamente después de su llegada al país en caso de que su nación de origen no comparta una frontera con este, por lo que no puede hacerlo con los menores que vienen de Guatemala, Honduras o El Salvador.
El Gobierno de Obama busca obtener la autorización del Congreso para hacer ese proceso más similar al que emplea con los niños que llegan desde México, que pueden ser deportados más fácilmente.
Los niños centroamericanos interceptados al llegar al país son reubicados en instituciones federales o con parientes dentro de Estados Unidos a la espera de que su caso avance a través del sistema de justicia migratoria, un proceso lento pero que conduce a la deportación en la mayoría de los casos