KABUL.- A 89 personas aumentó el número de víctimas fatales producto del atentado suicida cometido por un hombre en un mercado de la provincia afgana de Paktika, informó el vocero del Ministerio de Defensa en Kabul, Zahir Azimi, citando a tropas que dirigen los trabajos de rescate.
El Ministerio envió dos helicópteros y ocho ambulancias para trasladar a los heridos a hospitales militares.
Sin embargo, el palacio presidencial de Kabul habló de 41 muertos y 29 heridos, mientras la misión de la ONU en Afganistán (Unama) habló de 43 civiles muertos, entre ellos ocho niños, y 95 heridos.
El atentado, el más grave en lo que va de año, se produce en mitad del mes sagrado de Ramadán. Los talibanes negaron ser los responsables. "Condenamos el hecho", señalaron en un comunicado, en el que aseguran que sus combatientes protegen a la población civil, algo que contradicen las estadísticas de la ONU.
El gobernador del distrito de Orgun, Mohammad Reza Kharoti, dijo que la mayoría de las víctimas son civiles aunque también hay al menos dos policías muertos. Medios locales señalaron que entre los muertos hay muchas mujeres y niños.
Según Reza Kharoti, el ataque se produjo a las 10:30 horas (02:00 hora de Chile), cerca de un control en un el distrito de Orgun. El atacante hizo estallar un coche cargado de explosivos en la capital distrital del mismo nombre, cuando la policía lo detuvo en un control de seguridad en el bazar.
Kharoti añadió que el hospital estatal está superado por la cantidad de heridos. La explosión sacudió todos los alrededores y causó graves daños en el bazar. "La zona está llena de sangre", señaló.
"La explosión fue tan poderosa que sacudió todo el área. Cientos de tiendas y otros negocios resultaron dañados", dijo Kharoti.
Paktica comparte frontera con las regiones tribales paquistaníes. El Ejército paquistaní lanzó allí una operación contra los escondites talibanes.
Por otra parte, dos empleados de la oficina de prensa de la presidencia afgana murieron y cinco resultaron heridos al explotar una bomba en una carretera en la capital Kabul, en un ataque dirigido contra un vehículo de la oficina de prensa de la presidencia que sí asumieron los talibanes. Los fallecidos son un técnico y un cámara.
El presidente, Hamid Karzai, condenó los ataques. "Esos ataques van contra los valores religiosos y humanos y no pueden justificarse por ningún medio", dijo en un comunicado. "Atacar civiles inocentes en el mes sagrado del Ramadán es un acto imperdonable y derramar sangre musulmana es un gran crimen", añadió.
Antes del vencimiento de la operación de combate de la OTAN en el país a finales de año, la violencia en Afganistán ha vuelto a aumentar. Al mismo tiempo, también causa incertidumbre en el país que aún no haya sido declarado un vencedor de las elecciones presidenciales, tres meses después de la celebración de la primera vuelta.
El pasado sábado los candidatos Abdulá Abdulá y Ashraf Ghani acordaron, bajo la mediación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que vuelvan a contarse los 8,1 millones de votos depositados en la segunda vuelta del 14 de junio, algo que durará en torno a tres semanas.