Gran número de refugiados cristianos y de otras denominaciones religiosas abandonaron Mosul en las últimas horas, muchos de ellos niños.
ReutersKIRKUK.- Pobladores de fe cristiana de Mosul huían en masa este viernes de la ciudad luego de un ultimátum lanzado por los yihadistas del Estado Islámico (EI) que les dieron como plazo máximo el sábado para irse.
La mortal advertencia fue lanzada a través de altavoces de las mezquitas, según señalaron el patriarca caldeo, Louis Sako, y testigos.
"Las familias cristianas van hacia Dohuk y Erbil," en la región autónoma del Kurdistán iraquí, afirmó el líder religioso.
"Por primera vez en la historia de Irak, Mosul está vacía de cristianos", describió.
Casas "marcadas"
Un comunicado atribuido al EI la semana pasada advierte a la minoría cristiana de Mosul, segunda ciudad del país y que cuenta con 2 millones de habitantes, que "no habrá otra cosa más que la espada" para los cristianos que ignoren la orden de marcharse.
"Nos había conmocionado la distribución de este comunicado en el que llamaban a los cristianos a convertirse al Islam o pagar una tasa especial, o si no, abandonar la ciudad" explicó el patriarca Sako.
"Después de irse, sus casas pertenecerían al Estado Islámico", añadió.
De hecho, según el patriarca, varias residencias de Mosul fueron sido marcadas en los últimos días con letras "N" pintadas en sus fachadas, por "Nasara", término que designa a los cristianos en el Corán.
Reino del terror
Este sábado, la ONG Human Rights Watch (HRW) afirmó que los yihadistas, que controlan amplias zonas del norte y oeste de Irak, "parecen querer erradicar cualquier traza de grupos minoritarios" en las regiones bajo su control.
La organización humanitaria exigió al grupo que cese "inmediatamente su campaña viciosa contra las minorías de Mosul y sus alrededores", precisó su directora para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson.
"Los dirigentes y combatientes (del EI) pretenden justificar estos actos abominables por su devoción religiosa, es el reino del terror", añadió.
La persecución religiosa emprendida por los milicianos yihadistas tiene como otros blancos a los yazidis, que profesan una antigua religión preislámica sincretista, los turcos y los chiítas chabak que residen en la provincia de Nínive.
Miembros de estas denominaciones religiosas han sido víctimas de ejecuciones y tratos crueles, denunció HRW.
Los insurgentes controlan actualmente grandes secciones de territorio en el norte, el centro y el oeste de Irak, y también operan en la vecina Siria.
En tanto, el Departamento de Estado de EE.UU., a través de su portavoz Jennifer Psaki, "condenó en los términos más enérgicos la persecución sistemática de las minorías étnicas y religiosas por este grupo terrorista".
Antes de la invasión estadounidense de 2003 más de un millón de cristianos vivían en Irak, en su mayoría en Bagdad. La permanente violencia redujo dicha población a alrededor de 400.000 en todo el país.