MADRID/MONROVIA.- Los dos religiosos con ébola que permanecían aislados en el Hospital San José de Monrovia fueron trasladados hoy en ambulancia al hospital liberiano ELWA, gestionado por la ONG Médicos Sin Fronteras.
Se trata del ghanés Georges Combey y la monja guineana Paciencia Melgar, según informó en un comunicado la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que pertenecen los religiosos, mediante su organización Juan Ciudad ONGD, que gestiona el Hospital San José de Monrovia.
Dicho centro hospitalario esta cerrado desde el pasado 1 de agosto, tras la muerte de su director, Patrick Nshamdzea, a consecuencia del ébola, enfermedad de la que murió hoy en el mismo hospital la monja congolesa Chantal Pascaline.
Desde el Hospital de San José fue repatriado el jueves pasado el sacerdote español Miguel Pajares, de 75 años e infectado con el virus del ébola.
Juan Ciudad ONGD recuerda en su comunicado que está organizando un equipo sanitario que permita reabrir el Hospital San José de Monrovia cuanto antes.
"El objetivo consiste en poder prestar servicios sanitarios a la población que actualmente se encuentra totalmente desatendida frente a otras enfermedades", afirmó José María Viadero, director de Juan Ciudad ONGD.
La organización tiene en marcha la campaña "Paremos el Ebola en África del Oeste" para recaudar fondos con los que apoyar a los dos hospitales que tiene la Orden de San Juan de Dios, uno en Monrovia y otro en Lunsar (Sierra Leona).
Liberia, junto con Sierra Leona y Guinea Conakry son los países más afectados por el brote de Ébola, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha causado más de 900 muertos.
Protestas por los cadáveres
En tanto, las autoridades liberianas pidieron a la policía antidisturbios que intervenga para sofocar una manifestación de una multitud que bloqueó la carretera más transitada del país en protesta por la demora del gobierno en recoger cadáveres de víctimas del ébola abandonados en las calles.
La creciente inquietud social en Liberia, donde cerca de 300 personas ya han muerto de la enfermedad horripilante, plantea el espectro de un malestar social generalizado alimentado por el miedo y la frustración.
Varios cadáveres han quedado abandonados al lado de caminos durante dos días en la ciudad de Weala, a unos 75 kilómetros (50 millas) de la capital, Monrovia, dijeron residentes.
El virus de ébola se propaga a través de los fluidos corporales de los infectados y muchos se han enfermado por tocar o manipular cadáveres.