SANTIAGO.- La polémica que rodea a la situación que vive Gammy, el pequeño con síndrome de Down que habría sido abandonado por sus padres en Tailandia, parece no tener fin. Pattaramon Chanbua, la mujer que arrendó su vientre para que el que niño y su hermana melliza Pipah fueran gestados, asegura ahora que Wendy Farnell no es la madre biológica de los menores, ya que no aportó los óvulos con que fueron procreados.
Según publica hoy "The Sydney Morning Herald", tras la entrevista que la pareja dio al programa "60 Minutes", Chanbua declaró a Fairfax Media que los óvulos que le fueron implantados provenían de una mujer tailandesa que también fue contactada a través de una agencia de vientres de alquiler.
"El semen era de David Farnell, pero los óvulos no pertenecían a la mujer china", dijo, y agregó: "No están realmente relacionados con el bebé... no estoy realmente segura de que le darán verdadero amor a la hermana de Gammy".
La mujer explicó que no había revelado esta información antes, ya que no quería dañar a nadie. "Pero cuando la presión es demasiado grande, lucho por mi familia", añadió.
Chanbua también manifestó su enojo por la entrevista que dio la pareja y dijo que "si quieren llevarse a Gammy a Australia, estaré muy molesta". No obstante, aseguró que no aceptará una oferta de Channel Nine para responder a las declaraciones emitidas por los australianos.
David y Wendy Farnell afirmaron a "60 Minutes" que viven una situación muy estresante. "Extrañamos a nuestro pequeño niño. A veces vuelvo a casa después del trabajo y Wendy ha vestido a nuestra pequeña niña entera de azul, porque quiere recordar a nuestro hijo", dijo el padre de Gammy.
Sin embargo, según publicó el "Daily Mail", David Farnell también admitió que de haber sabido antes que Gammy tenía síndrome de Down, habrían decidido que fuese abortado. "Ningún padre desea a un hijo con una discapacidad".
Al ser interrogados si efectivamente abandonaron al niño en Tailandia, la pareja respondió: "No, nunca lo abandonamos. Nunca le dijimos a la madre sustituta que se realizara un aborto. Siempre hay esperanza".
En relación a los abusos que cometió contra 22 menores en los años 90 y por los cuales fue condenado, el hombre aseguró que está completamente rehabilitado y que nunca más ha sentido ese tipo de impulsos.
"Ver a mis niños y pensar que alguien les hiciera eso, sería devastador", sostuvo. Por su parte, su esposa lo apoyó y dijo que estaba completamente convencida de que Pipah estaba segura con él.