WASHINGTON.- Las autoridades de la pequeña ciudad estadounidense de Ferguson establecieron hoy un nuevo toque de queda nocturno tras registrarse enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que protestan por la muerte de un joven afroamericano.
El sábado, el gobernador del estado de Missouri, Jay Nixon, había decretado un toque de queda nocturno y el estado de emergencia para evitar nuevas protestas.
Según la BBC, unos 150 manifestantes se reunieron en la calle principal para protestar por el toque de queda, una semana después de la muerte a tiros por la policía del joven afroamericano Michael Brown.
La policía utilizó bombas de humo y gases lacrimógenos contra los manifestantes. La cadena CNN informó citando a la policía que un manifestante sufrió graves heridas y su vida corre peligro. Al menos siete fueron detenidos.
Los manifestantes gritaban: "!Todos somos Mike Brown! !Tenemos derecho a reunirnos pacíficamente!", al tiempo que marchaban con las manos en alto por las calles de la localidad del condado de St. Louis.
El gesto se ha convertido en todo un símbolo de las protestas, después de que testigos señalaran que Brown, de 18 años, levantó sus manos antes de recibir un disparo de la policía.
Desde su muerte, sobre la que han aparecido versiones contradictorias, se producen protestas en Ferguson casi a diario.
El Departamento de Justicia, que interviene en las investigaciones, ordenó hoy una segunda autopsia al cuerpo de Brown. Las autoridades aseguraron que tomaron esta decisión debido a las "circunstancias extraordinarias que rodean el caso", así como por un pedido de la familia.
Con el toque de queda, en vigor hasta las 5:00 de la madrugada (local), se pretendía evitar nuevos incidentes.
Nixon justificó la medida alegando que no pretendía hacer callar a la población, que en su mayoría protesta de forma pacífica, sino más bien para mantener a raya a los alborotadores.
"No podemos permitir que la mala voluntad de algunos socave la buena de muchos", dijo a la BBC.
Durante la noche, las protestas pacíficas se tornaron sin embargo violentas cuando pequeños grupos volvieron a protagonizar saqueos, bloquearon una calle y lanzaron botellas contra la policía.
El viernes, la policía local dio a conocer el nombre del oficial que mató a Brown. Además reveló que el adolescente era sospechoso de haber robado una tienda poco antes del tiroteo, pero aclaró luego que el policía no sabía nada de este presunto asalto cuando disparó contra el joven.
El hecho de que la policía diera a conocer que el adolescente era sospechoso de un delito aunque su muerte no estuviera relacionada con el hecho despertó nuevamente la indignación de la gente.