Silvio Berlusconi.
APROMA.- Salvatore "Toto" Riina, uno de los principales jefes de la "Cosa Nostra" (mafia siciliana) afirmó que el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi pagaba a su organización criminal "250 millones de euros cada seis meses", según publica hoy el diario La Repubblica.
"(En la década de los años ochenta y noventa) Berlusconi nos pagaba 250 millones de euros cada seis meses", reveló el capo mafioso, según el rotativo, a un compañero de la prisión en la que actualmente se encuentra cumpliendo condena en régimen de aislamiento.
Es la primera vez, recordó el diario generalista, que Riina se refiere al "pacto de protección" por el que el histórico colaborador del líder de Forza Italia, el exsenador Marcelo Dell'Utri, ha sido condenado a siete años de cárcel.
El Tribunal Supremo dictó un fallo definitivo el pasado abril por el que consideraba que Dell'Ultri "actuó como mediador" entre "Cosa Nostra" y Berlusconi, con el fin de garantizar su seguridad y la de su familia, antes de su entrada en política a principios de los años noventa.
No es la primera vez que se intercepta una conversación del capo siciliano: el pasado julio, Riina fue escuchado mientras relataba a un compañero de celda cómo su organización pinchó el teléfono del juez Paolo Borsellino para asesinarlo en 1992 a las puertas de la casa de su madre en Palermo (sur de Italia).
Riina fue detenido en enero de 1993 y trasladado a la penitenciaría de Uccidarone (Palermo) donde cumple condena por los asesinatos de los jueces Borsellino y Giovanni Falcone, ambos en 1992, además de por otros cien homicidios.
Dado su alto grado de peligrosidad, se encuentra sometido a un severo régimen de aislamiento, conocido en Italia como "41 bis", que comprende la vigilancia las 24 horas al día e impide cualquier contacto con el exterior.
A sus 83 años, el jefe de la familia de los "Corleonesi" acumula trece condenas de perpetuidad, aunque esto no ha impedido que siga ejerciendo su poder, pues el pasado enero algunos medios italianos publicaron fotografías que demostraban que continuaba amenazando desde la prisión al fiscal de Palermo, Antonino di Matteo.