BEIJING.- Miles de personas protestaron en la provincia china de Cantón en contra de la construcción de una planta incineradora de residuos, dejando en evidencia la creciente preocupación por el daño al medio ambiente en el país.
Según informan hoy medios oficiales -como el Diario del Pueblo- e independientes, la protesta se desarrolló en la localidad de Luoyang, ubicada en la provincia de Cantón, el sábado.
Los manifestantes tomaron las calles del municipio con pancartas en las que pedían la paralización de este proyecto, que se espera que gestione 2.600 toneladas de basura por día cuando empiece a funcionar el año que viene.
Los ciudadanos se mostraron preocupados por la contaminación que produzca la planta, afectando al río cercano, uno de sus principales recursos, o a la calidad del aire.
En las imágenes de la protesta que colgaron sus participantes en internet se puede ver a miles de personas recorriendo las calles con grandes pancartas rojas, ataviados con mascarillas blancas para protegerse de la polución del aire así como con paraguas, además de un numeroso dispositivo policial.
Al parecer, la marcha se llevó a cabo sin incidentes en los primeros momentos, si bien con el paso de las horas se produjeron algunos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, según confirman medios independientes del país.
En fotografías que circulan hoy por la Red se puede ver cómo algunos agentes arrastran de pies y manos a participantes de la protesta, sacándolos de la marcha.
Algunos ciudadanos que espontáneamente se unieron a la protesta señalaron que ésta fue pacífica hasta que los agentes comenzaron a "quitar pancartas y a dispersar a la gente por la fuerza". Según estas fuentes, también se produjeron detenciones.
La manifestación de Luoyang se produce meses después de la masiva protesta ocurrida en la ciudad de Hangzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, contra una incineradora de residuos, donde al menos 10 manifestantes y 29 policías resultaron heridos.
En aquella ocasión, en abril, las autoridades locales aseguraron que la incineradora no se construiría sin "el apoyo del público" y explicaron que el plan pretende solucionar el problema de la creciente acumulación de basura.
Esta situación se repite en numerosas ciudades chinas, donde los Gobiernos locales tratan de dar solución a la creciente generación de basura por la incipiente clase media con planes de incineradoras, mientras la ciudadanía recibe estas propuestas con recelo y preocupada por el efecto dañino de éstas al medio ambiente, y por tanto, a su salud y la de sus descendientes.