RïO DE JANEIRO.- Dos intentos de fuga en pocas horas: uno con éxito por el típico túnel, y el otro, fallido, por la puerta de enfrente, se registraron este miércoles en una cárcel del noreste de Brasil para evitar ser transferidos a penales de máxima seguridad.
Hace dos semanas comenzó la transferencia de varios reclusos de alta peligrosidad desde la cárcel de Pedrinhas, en Sao Luis de Maranhao (noreste), y muchos presos buscan escaparse para evitarla, explicó aun portavoz de la secretaría de Justicia y Administración Penitenciaria del estado.
El portal de noticias G1 mostró fotos del boquete en el piso que conduce al túnel y una inmensa montaña de tierra que las autoridades parecieron ignorar. Escaparon en la madrugada un número de presos aún no divulgado por las autoridades.
"No se hizo una visita o inspección ni el domingo, ni el lunes, ni martes, dejando que ellos cavaran el túnel. ¿Cómo nadie hace una revisión en tres días? Alguien tiene que ser responsabilizado", dijo a G1 Sebastiao Uchia, secretario de Justicia de Maranhao, antes de renunciar este miércoles a su cargo por el incidente.
Escapar por un túnel encaja en el plan tradicional de una fuga de cárcel. Pero en Pedrinhas, hay formas más excéntricas.
En otro pabellón, una veintena de presos aprovechó la conmoción del primer escape para romper los candados de las celdas y tratar de salir por la puerta de enfrente. Algunos optaron por saltar el muro con alambres, pero al final todos fueron detenidos por efectivos de la policía de élite, según informó el canal Globo News.
La semana pasada, un camión chocó con la pared trasera de la cárcel y abrió un boquete por el que salieron 36 reos. Un preso fue recapturado.
Sólo este mes hubo tres intentos de fuga.
Las autoridades arrestaron además el lunes a uno de los directores de la cárcel, acusado de recibir dinero para facilitar el escape de reclusos.
Pedrinhas, que alberga 2.500 presos aunque solo tiene espacio para 1.700, es escenario de constantes motines, peleas y asesinatos de reclusos.
Al menos 15 reclusos murieron de forma violenta en ese correccional en lo que va de 2014 y 60 en 2013, incluidos tres que fueron decapitados y mostrados en un crudo video.
Brasil tiene 274 presos por cada 100.000 habitantes, según el Centro Internacional de Estudios Penitenciarios (ICPS, en inglés). Su población penal está hacinada en cárceles ya desbordadas.