ACAPULCO.- Un total de 22 policías mexicanos fueron detenidos por su posible vinculación con ataques ocurridos durante el fin de semana en el municipio de Iguala, aproximadamente a 200 kilómetros al sur de la Ciudad de México, en los que perdieron la vida seis personas, según informaron las autoridades.
Según versiones oficiales, tanto policías locales como desconocidos armados habrían participado en varios ataques contra civiles durante la noche del viernes y la madrugada del sábado.
El objetivo fueron estudiantes de magisterio de la localidad de Ayotzinapa -conocidos en México por su activismo y por organizar acciones radicales-, que se habían trasladado a Iguala para apoderarse de tres autobuses y utilizarlos en sus protestas. En otro ataque, fue alcanzado un autobús en el que viajaba un equipo de fútbol de tercera división, Los Avispones de Chilpancingo, y dos taxis públicos.
Iñaki Blanco Cabrera, procurador del estado de Guerrero, confirmó que tres de los muertos eran estudiantes y que otros tres viajaban en el autobús del equipo. Entre estos últimos estaba un futbolista menor de edad, una mujer y el chofer.
También hubo un total de 19 heridos, tres de extrema gravedad. Uno de ellos es un estudiante que tiene muerte cerebral, declaró Nicolás Chávez Adame, dirigente del Movimiento Popular Guerrerense, que agrupa a asociaciones estudiantiles y sindicales del estado.
El sábado, los 280 miembros de la policía local de Iguala fueron retenidos en instalaciones municipales para tomarles declaración y fue en la madrugada del domingo cuando se decidió detener a 20 presuntos implicados en los hechos y trasladarles a Chilpancingo, la capital de Guerrero, mientras que el resto quedó en libertad, según afirmó el procurador.
Blanco Cabrera añadió que se les acusa de "uso excesivo de la fuerza", pero que también se investigan posibles vínculos de los a gentes con los desconocidos armados que protagonizaron parte de los incidentes.
En un comunicado, la procuraduría estatal indicó que los policías fueron trasladados a Chilpancingo por "cuestiones de seguridad" dado que residentes de Iguala, entre ellos familiares de los probables responsables, intentaban rescatar a los detenidos, lo que hizo que se "solicitara el auxilio de las fuerzas armadas".