KABUL.- El nuevo Presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, instó este lunes a abrir conversaciones de paz con el conjunto de los insurgentes islamistas, incluidos los talibanes, con el fin de estabilizar el país tras la retirada a fines de año de las tropas de la OTAN.
"Pedimos a los opositores, y más específicamente a los talibanes y al Hezb-e-Islami, iniciar conversaciones políticas", declaró tras asumir el cargo en el que sucede a Hamid Karzai.
"Cualquier problema que tengan, deben informarnos, nostros trataremos de encontrar una solución", agregó el Mandatario afgano.
"Nosotros solicitamos a todos los aldeanos que pidan la paz. Pedimos a todos los eruditos musulmanes que aconsejen a los talibanes, y si ellos no escuchan sus consejos, deberían cortar todas sus relaciones", añadió.
Karzai, que presidió el país desde la caída del régimen de los talibanes en 2001, había llamado en varias ocasiones a los insurgentes islamistas a negociar la paz, pero estos se habían opuesto, al considerar al Jefe de Estado una "marioneta" de Washington.
Los talibanes, que calificaron recientemente a Ghani de "empleado" de Estados Unidos, acogieron el lunes su entrada en funciones con un atentado suicida.
"Un suicida se inmoló cerca del aeropuerto matando a cuatro personas e hiriendo a dos", declaró un portavoz de la policía de la capital.
El kamikaze tenía como blanco "soldados afganos y extranjeros", indicó el portavoz oficial de los talibanes, Zabiula Mujahid, reivindicando el atentado.
Tanto Ghani como su rival en los comicios, Abdullah Abdullah, afirmaron que habían ganado las elecciones, sumiendo a Afganistán en una crisis que duró varios meses, fomentando las actividades de los insurgentes y agravando la ya pésima situación económica del país.
Bajo la presión de la ONU y de Estados Unidos, los dos rivales aceptaron la semana pasada formar un gobierno de unión nacional en el cual Abdulá heredará un papel similar al de un primer ministro.