Kobane bajo el avance yihadista.
AFP
MURSITPINAR.- El grupo Isis (Estado Islámico) reforzaba el sábado su ofensiva en gran parte de la ciudad siria de Kobane, defendida con determinación por las fuerzas kurdas y la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, y donde Naciones Unidas teme por la vida de miles de civiles.
Desde el inicio de la ofensiva del Isis el 16 de septiembre en la región de Kobane, 577 personas, entre ellas 321 yihadistas, murieron, según el OSDH.
Asimismo, 300.000 habitantes abandonaron sus hogares, 200.000 de ellos rumbo a Turquía.
Cerca de 700 civiles se encuentran todavía en el centro de esa ciudad, en su mayoría ancianos, y entre 10.000 y 13.000 habitantes se congregan a poca distancia de la frontera, declaró el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, quien teme una "matanza", si la ciudad cae en manos de los yihadistas.
Estados Unidos llevó a cabo entre viernes y sábado seis bombardeos en Siria, cerca de Kobane.
En Irak, la aviación estadounidense y los aviones holandeses también efectuaron tres ataques aéreos en el marco de la coalición internacional.
Los miles de combatientes del Isis aprovecharon la guerra que devasta Siria desde hace más de tres años para apoderarse de amplios territorios en el norte y el este del país, donde proclamó un califato junto a las zonas bajo su control en el vecino Irak.
En el marco de la coalición internacional contra este grupo acusado de cometer atrocidades, EE.UU. anunció la entrega estos últimos días de suministros a las fuerzas armadas iraquíes "a petición del gobierno iraquí" cerca de la localidad de Baiji, a 200 kilómetros al norte del Bagdad.
Pese a que los bombardeos ayudaron a mantener Bagdad seguro, según responsables militares estadounidenses, la capital iraquí no está a salvo de la violencia. Nuevos atentados dejaron al menos 34 muertos el sábado en dos barrios chiitas.
Por su parte, un jefe de los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció que empezaron a regresar a Turquía combatientes kurdos desde el norte de Irak, a causa de la batalla de Kobane y de las recientes revueltas prokurdas, que amenazan el proceso de paz con Ankara.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se comprometió a hacer todo lo posible para proteger este proceso. "Todo el mundo debe saber que los actos de violencia, de vandalismo y de saqueo (...) no tienen nada que ver con Kobane", reiteró el sábado.
Estas revueltas dejaron al menos 31 muertos y más de 350 heridos, según Ankara.