Vladimir Putin.
Agencias/Archivo
MILÁN.- El presidente ruso Vladimir Putin, muy esperado en Milán, donde debe participar en la cumbre Asia-Europa, enfrió el ambiente antes de llegar al amenazar a los europeos, en plena crisis bursátil, con cortarles el gas este invierno.
La décima edición de la cumbre ASEM, que reúne a unos 50 países sobre el tema de la cooperación económica y los intercambios comerciales, se abre este año en un clima poco sereno.
Las bolsas europeas sufrieron el jueves fuertes caídas por una serie de factores, entre ellos el virus del ébola y la desaceleración de las economías de China y Estados Unidos, además de la mediocre coyuntura europea.
La Bolsa de Milán retrocedía a mitad jornada un 3%, el petróleo caía en Nueva York, y en los mercados de Europa reinaba el nerviosismo ante la cascada de malas noticias.
El presidente francés, François Hollande, atribuyó la situación a "la incertidumbre internacional", ya que "Estados Unidos se está ralentizando y Europa tiene un crecimiento muy débil".
Al margen del foro, crecen las expectativas por el encuentro entre el dirigente ruso y su homólogo de Ucrania, pese a que siguen los combates entre soldados ucranianos y rebeldes prorrusos en la región separatista de Lugansk, en el este, no obstante la tregua pactada en septiembre.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, confirmó el martes que las tropas rusas se estaban retirando de Ucrania, aunque Moscú haya desmentido en varias ocasiones el haber enviado fuerzas a territorio ucraniano.
Los combates entre separatistas prorrusos y fuerzas ucranianas continuaban en las últimas horas, así como el conteo de muertos.