Kim Jong-un.
Agencias/Archivo
TOKIO/SEÚL.- Representantes de los gobiernos de Japón y de Corea del Norte comenzaron este martes en Pyongyang sus reuniones para hablar de la investigación sobre los secuestros de ciudadanos japoneses llevados a cabo durante años por el régimen de los Kim.
La delegación nipona se reúne entre martes y miércoles con un comité de investigación designado por el régimen que lidera Kim Jong-un, con el objetivo de obtener datos sobre los 12 japoneses que Tokio reconoce oficialmente como secuestrados por Corea del Norte.
El Ejecutivo japonés decidió enviar esta misión a Pyongyang para "obtener una explicación detallada" sobre la investigación de estos casos por parte de Corea del Norte, declaró un representante del Gobierno nipón.
Para Tokio, es "prioritario" que se lleve a cabo "una investigación rápida y sincera sobre todos los secuestrados japoneses", dijo la misma fuente.
La delegación está encabezado por el director para Asia Pacífico de la cancillería nipona, Junichi Ihara, que irá acompañado de otros 10 representantes del Gobierno y la Agencia Nacional de Policía, y constituye la primera del Gobierno japonés a Corea del Norte para tratar los secuestros desde noviembre de 2004.
La misión se reunirá con So Tae-ha, presidente del comité de investigación norcoreano, además de consejero de seguridad en la poderosa Comisión Militar Central y viceministro de Seguridad Estatal, dijeron fuentes del Ejecutivo japonés a la agencia nipona Kyodo.
El Ministerio de Seguridad Estatal es una agencia de policía secreta que se cree que posee mucha información sobre los secuestrados.
Japón sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses (de los que solo cinco han podido regresar a Japón) fueron secuestrados para impartir lecciones de cultura e idioma en programas de formación para espías norcoreanos, aunque sospecha que cientos de sus ciudadanos pudieron ser capturados por el régimen de los Kim.
En 2002, Norcorea admitió 13 de los secuestros, pero argumentó que, al margen de los cinco ciudadanos que devolvió a Japón, los otros ocho fallecieron y que cuatro de ellos nunca pisaron suelo norcoreano, una versión de la que ha desconfiado hasta ahora Tokio.
En mayo, Pyongyang acordó establecer un comité de investigación para resolver el asunto y a cambio Japón decidió levantar entonces parte de las sanciones que mantenía desde hace años sobre el régimen de los Kim.
No obstante, las autoridades norcoreanas no presentaron a principios de otoño un informe que en principio se habían comprometido a elaborar argumentando que la investigación va más lenta de lo previsto.
El secuestro de ciudadanos es el mayor obstáculo para las relaciones entre ambos países, que no mantienen oficialmente contactos diplomáticos.