NUEVA DELHI.- Un tribunal de guerra de Bangladesh condenó hoy al líder islamista Mir Quasem Alí a la horca por crímenes de guerra en el conflicto que independizó a Bangladesh de Pakistán en 1971, informaron los medios locales.
Quasem, líder de la milicia paramilitar Al-Badr en la segunda ciudad del país, Chittagong, fue hallado culpable de 10 de los 14 cargos de los que se le acusaba, entre ellos torturas, asesinatos, violación y secuestro, recogió el diario local The Daily Star.
"Mir Quasem ha sido sentenciado a muerte por el asesinato del luchador por la libertad Jashim y muchos otros que no han podido ser identificados y que fueron arrojados al río Karnaphuli", dijo el fiscal Zead Al Malum, de acuerdo con el medio digital bdnews24.
El político también fue condenado a 72 años de cárcel por los delitos de tortura y secuestro.
El acusado estableció centros de torturas en diferentes partes de la ciudad portuaria de Chittagong, de acuerdo con la sentencia del juez Obaidul Hassan, presidente del Tribunal Internacional Segundo de Crímenes de Guerra.
La defensa del líder islamista mostró su rechazo a la sentencia y anunció que apelará.
"La acusación no ha podido presentar documentos que prueben su presencia en Chittagong cuando los crímenes mencionados fueron cometidos. Quasem estaba en Dacca", afirmó el abogado Mizanul Islam, según Bdnews24.
El político fue además uno de los principales figuras en la financiación del principal partido islamista de Bangladesh, Jamaat-e-Islami (JI), que se alineó con Pakistán en el conflicto civil.
La sentencia llega cuatro días después de que el exministro y presidente de JI, Motiur Rahman Nizami, fuese condenado a la horca por tortura, violaciones, genocidio y asesinatos cometidos en el conflicto de 1971.
En la guerra que independizó a Bangladesh de Pakistán murieron 3 millones de personas y cientos de miles de mujeres fueron violadas, según datos no oficiales, puestos en duda por algunas investigaciones que sitúan el número de fallecidos entre 300.000 y 500.000.
Los juicios por crímenes de guerra son una promesa electoral de la primera ministra, Sheikh Hasina, de la Liga Awami, quien creó un tribunal en 2010 para juzgar a aquellos que colaboraron con Pakistán en el conflicto por la independencia.
Pero los partidos islamistas y la oposición han denunciado que se trata de un movimiento político del Gobierno destinado a eliminar a sus rivales.
Casi todos los acusados pertenecen a Jamaat-e-Islami (JI), el principal partido islamista de Bangladesh y ahora ilegalizado, una pequeña pero influyente organización que se ha aliado tradicionalmente con el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP).
Desde 2013, 11 personas fueron condenadas por cometer crímenes de guerra, de ellas nueve pertenecían al JI y otras dos al BNP.
En los fallos se dictaron ocho penas de muerte -una de ellas conmutada a cadena perpetua-, dos cadenas perpetuas -una de ellas elevada posteriormente a pena capital por la Corte Suprema- y una condena a 90 años de prisión.
El líder islamista Abdul Qader Molah fue ejecutado en diciembre en la primera de las aplicaciones de las penas a muerte.
Las condenas han motivado protestas islamistas que han causado al menos 150 muertos desde comienzos de 2013 a manos de las fuerzas de seguridad, que ha ejercido un "uso excesivo" de la fuerza, denunció la organización Human Rights Watch.