Barack Obama junto a Xi Jinping.
AFPBEIJING.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el jefe de Estado chino, Xi Jinping, acordaron en Beijing fijar nuevos objetivos climáticos y dieron a conocer este miércoles una declaración conjunta sobre esta materia.
Luego de dos días de conversaciones bilaterales, Obama y Xi hicieron pública una declaración sobre el cambio climático y anunciaron cooperar en materia de energías renovables.
Obama afirmó que su país reducirá entre un 26 y un 28 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero antes de 2025 en relación con los valores de 2005, precisó el gobierno estadounidense.
China, indica la misma fuente, se comprometió a aumentar aproximadamente un 20 por ciento la presencia de energías renovables hasta el año 2030.
La Casa Blanca anunció que China, el primer emisor mundial (con un 29%), se ha fijado el objetivo de alcanzar un tope en sus emisiones "en torno a 2030", con la intención de "tratar de lograrlo un poco antes".
Es la primera vez que China se compromete a ponerle fecha a ese máximo, que a partir de entonces se irá reduciendo progresivamente.
Por su lado, Estados Unidos se ha comprometido a reducir entre un 26% y un 28% sus emisiones en 2025, en comparación con los niveles de 2005, dijo también la Casa Blanca.
Los anuncios fueron hechos coincidiendo con un nuevo encuentro en Beijing entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, tras finalizar el martes la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
La Casa Blanca añadió que para 2030 China tratará de aumentar a alrededor de un 20% la parte de energías no fósiles dentro de su consumo total. El año pasado, dicha proporción era del 10%, según las autoridades chinas.
Los científicos afirman que las medidas adoptadas actualmente por los distintos países son insuficientes para limitar a dos grados centígrados el aumento de la temperatura global.
La comunidad internacional se ha fijado este objetivo para evitar una desregulación a gran escala del clima, que se traduciría en una disminución de recursos, conflictos derivados, subida del nivel de los océanos y desapariciones de especies, entre otros efectos nocivos.
La ambición de la cumbre del clima de París, a fines de 2015, es alcanzar precisamente un acuerdo mundial suficientemente ambicioso como para limitar el calentamiento global a 2°C.
Estados Unidos y China representan juntos el 45% de las emisiones planetarias de CO2, uno de los gases a los que se achaca el cambio climático.
La Unión Europea representa por su lado el 11%. El mes pasado se comprometió a reducir en al menos un 40% las emisiones en 2030, respecto a los niveles de 1990.
Un alto funcionario norteamericano que solicitó el anonimato defendió la promesa estadounidense como "ambiciosa y factible". El objetivo, no obstante, podría chocar con la oposición del Congreso, de mayoría republicana.
El funcionario valoró también que "el hecho de que avancen juntos Estados Unidos y China, considerados tradicionalmente como los líderes de dos bandos opuestos (en las negociaciones del clima), va a tener un gran impacto".
En las negociaciones sobre el clima, China defiende en nombre del desarrollo económico que son los países más industrializados los que deben reducir más sus emisiones.