La acción del destituido oficial generó tensión en Honduras.
AFPTEGUCIGALPA.- Molesto por la decisión que lo obligaba a dejar su cargo, el comisionado Ramón Sabillón, hasta esta semana jefe de la Policía de Honduras, decidió atrincherarse en dependencias de la fuerza, generando una crisis de seguridad en ese país centroamericano.
La removida autoridad policial permanecía parapetado la noche del viernes en el cuartel general situado en Casamata Norte.
Sabillón había sido destituido luego de oponerse a la militarización de la policía, según indicaron fuentes cercanas al oficial.
Decenas de policías custodiaron la entrada del cuartel mientras se aglomeraban en las cercanías numerosos periodistas de medios locales e internacionales.
"Él no ha sido sustituido porque el único que puede destituirlo es el Presidente de la República y, en base al artículo 40 de la ley, tendría que haber un motivo y no lo hay", argumentó la comisionada de Policía en retiro María Luisa Borjas, luego de visitar al asediado ex oficial.
El ministro de Seguridad, Arturo Corrales, había anunciado la noche del jueves que el Mandatario, Juan Orlando Hernández, decidió "darle una misión" en las Naciones Unidas a Sabillón y reemplazarlo por el comisionado Félix Villanueva.
Pero el nuevo jefe policial no pudo asumir el cargo porque su antecesor rehusó entregarle el mando de la institución, que cuenta con unos 12.000 hombres.
Sabillón se opone a la puesta en marcha de la Policía Militar de Orden Público (PMOP), formada por 2.500 efectivos y que cuenta con integrantes de las Fuerzas Armadas. La iniciativa fue lanzada por el Presidente Hernández con el fin de incrementar la lucha contra la delincuencia, endémica en esa nación centroamericana.