Maxwell tras su liberación: "Jugó un rol el Gobierno chileno y también actuó la presión social"

SANTIAGO.- Laurence Maxwell, el chileno que permaneció detenido en México luego de ser detenido en el marco de una protesta por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, manifestó su agradecimiento a las autoridades chilenas y a quienes se manifestaron para conseguir su puesta en libertad.

El estudiante de doctorado en la UNAM mexicana había sido recluido en un penal de alta seguridad. Fue excarcelado el fin de semana tras intensas gestiones emprendidas por la Cancillería chilena.

Maxwell consideró que en su liberación "jugaron un papel muy importante el cónsul, el embajador y la presión del Gobierno chileno, pero también, un poco, por qué reaccionó el Gobierno chileno: de cierta forma por la presión social", señaló el estudiante de doctorado, en una entrevista concedida al canal CNN Chile.

"Hubo un gran apoyo en Chile y México: amigos, compañeros, gente que se indignó por esta situación y entendió que era un montaje", agregó.

"Ha sido una sorpresa conocer la reacción que hubo en Chile", agregó, al tiempo que agradeció a los medios, a los diplomáticos chilenos "y especialmente al cónsul", a autoridades de la UNAM, su familia y sus amigos en México.

También acusó que su aprehensión se fundó en antecedentes falsos.

"Se notó que hubo un montaje y la acusación fue absolutamente falsa, infundada y absurda", añadió. "Fue un juicio político y con una acusación mal hecha".

También expresó su agradecimiento "a quienes manifestaron su apoyo de distintas maneras" para lograr su liberación.

Maxwell admitió que había sido correctamente tratado mientras permaneció como recluso en el penal de máxima seguridad de Villa Aldama, en Veracruz.

"Nos trataron muy bien, no hubo agresiones, vejaciones ni torturas, y nos dieron todo lo que solicitamos dentro de los márgenes posibles", admitió.

Detenido al amarrar su bicicleta

Maxwell también entregó detalles del momento en que fue detenido en Ciudad de México durante la manifestación por los estudiantes desaparecidos en Iguala.

"Llegué muy tarde a Ciudad de México, yo andaba en Oaxaca, y pensé que la marcha había terminado. De todas maneras agarré mi bicicleta y me fui al Zócalo (la plaza central)", relató.

"Seguí toda la columna caminando, acompañando a los diversos grupos que iban llegando", continuó, "y traté de buscar a mis amigos, la gente de mi posgrado".

"Me situé al fondo, del lado contrario al Palacio Nacional, en calle Cinco de Febrero con Madero. Me quedé un rato sosteniendo mi bicicleta con la mano y en ese lapso se desató la represión de parte de los Granaderos (policía antimotines)".

"Se produjo una barrida hacia donde yo me encontraba. La gente empieza a correr en multitud, me alcanza y me empiezan a hacer dificultoso el moverme, se tropiezan con la bicicleta. Decidí amarrarla y al hacerlo veo que estoy rodeado de policías", relató.

"En un momento escuché 'agárrenlo a él'. Me cayeron tres o cuatro granaderos por la espalda, me cubrieron la vista con mi gorro y comenzaron a golpearme. Lo hicieron durante mucho rato y me arrastraron", agregó.

También negó haber ejercido resistencia a la acción de los policías, que consideró "desmedida". "Levanté las manos y pensé 'no voy a reaccionar físicamente'", aseguró.