WASHINGTON.- El Pentágono se mostró este martes confiado en que las fuerzas de seguridad afganas estarán preparadas para asumir la seguridad del país tras el fin de la misión de combate de la OTAN en Afganistán (ISAF), que concluye a finales de este mes.
"Creemos que hemos logrado la misión de conseguir que las fuerzas de seguridad nacional afganas estén a ese nivel", señaló el portavoz del Pentágono, contraalmirante John Kirby, en rueda de prensa.
Kirby recordó que las tropas afganas ya están liderando las operaciones de seguridad y a finales de diciembre asumirán la responsabilidad completa.
No obstante, tras esa fecha permanecerán en el país unos 9.800 militares estadounidenses como parte de la nueva misión de apoyo de la OTAN, que no tendrán un papel de combate sino que se centrarán en el entrenamiento y asesoría de las fuerzas afganas.
"Todavía hay algunas capacidades de apoyo que pueden necesitar en el futuro", explicó Kirby, pero considero que las fuerzas de seguridad afganas "han avanzado a un punto en que son muy competentes y capaces en el terreno".
En cuanto a los recientes ataques perpetrados en distintas ciudades afganas, incluida la capital, Kabul, cuya autoría han reivindicado los talibanes, el portavoz indicó que eran de esperar en un período de transición, pero no son una señal de que hayan resurgido.
"Esos ataques no han tenido ningún efecto estratégico", afirmó Kirby, que enfatizó que las fuerzas de seguridad nacional afganas y la policía "reaccionaron con valentía y rápidamente a cada uno".
Afganistán ha sufrido en las últimas semanas una escalada de violencia con un gran número de ataques insurgentes, entre ellos un atentado suicida que causó la muerte a 61 civiles en un partido de voleibol en el este del país hace dos semanas, en una de las peores matanzas de lo que va de año.
Las acciones violentas han golpeado especialmente a Kabul, con al menos nueve ataques en los últimos días, entre ellos tres contra objetivos occidentales.
En este contexto, el país asiático se prepara para la retirada de las tropas de la ONU, ISAF, cuya misión comenzó en 2001 tras la invasión de Estados Unidos que derrocó al régimen talibán y finaliza a finales de este año.
Un contingente reducido de tropas internacionales permanecerá en el país, tras la firma ayer por parte del presidente afgano, Ashraf Gani, de dos acuerdos de seguridad que prolongan la presencia de Estados Unidos y la OTAN con un nuevo rol de asesoramiento y equipamiento de las tropas locales a partir de 2015.
Estos acuerdos prevén el despliegue de 9.800 soldados estadounidenses hasta 2024, y de unos 3.000 o 4.000 militares de la OTAN, frente a los alrededor de 130.000 que había en 2012.