El caza ''furtivo '' Chengdu J-20 es una de las armas más avanzadas que China busca incorporar a su arsenal.
AFP (archivo)
BEIJING.- El Presidente de China, Xi Jinping, urgió a sus Fuerzas Armadas y la industria de Defensa de su país a que aceleren el desarrollo de sistemas militares avanzados, aspecto crucial para garantizar la seguridad nacional.
El gobernante se refirió al tema la noche de este jueves, en el inicio de una conferencia del Ejército de Liberación Popular (EPL).
"Debemos esperar la paz, pero nunca debemos dejar los esfuerzos para mantener nuestros derechos legítimos, ni comprometeremos nuestros intereses fundamentales", afirmó.
Xi recalcó que los sistemas avanzados de armamento son la encarnación de unas Fuerzas Armadas modernas, y exigió que los nuevos equipamientos se base en alta tecnología, al tiempo que enfatizó la necesidad de prestar especial atención a su calidad.
Cambios estratégicos
El jefe de Estado, quien también preside la poderosa Comisión Central Militar, el máximo organismo de las Fuerzas Armadas, insistió en que el ELP debe comprender el contexto de los cambios en el escenario estratégico internacional y en la seguridad nacional china.
Beijing mantiene una política exterior activa y sostiene diferendos territoriales y marítimos con Japón, Vietnam y Filipinas. También ha despachado unidades navales para participar en operaciones internacionales, como las de lucha contra la piratería en Somalia.
Las fuerzas armadas chinas cuentan con 2,3 millones de integrantes y son las más numerosas del mundo. Su presupuesto de Defensa es el segundo mayor del mundo, detrás del de Estados Unidos, y alcanzó este año el equivalente a 131.000 millones de dólares.
La industria aérea de ese país trabaja en el desarrollo de aviones "furtivos" de quinta generación como el Chengdu J-20, que ya realizó sus primeros vuelos de prueba y podría ser puesto en servicio a partir de 2017.
También adquirió en Rusia el
portaaviones rebautizado como "Liaoning", que utiliza como plataforma de entrenamiento para desarrollar
su propia flota de naves de este tipo.
Washington ha reaccionado con cautela frente a los avances armamentísticos y la mayor proyección internacional mostrada por el gigante asiático, especialmente en el escenario del Pacífico y en torno a
la disputa entre Beijing y Tokio por el desolado y diminuto archipiélago de las islas Senkaku/Diaoyu.