CIUDAD DE MÉXICO.- El equipo forense que analiza en Austria los restos enviados desde México en el marco de la búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala logró individualizar a uno de los jóvenes.
Así lo indicó este sábado una fuente oficial de los laboratorios encargados de la tarea. El antecedente sería el primero que confirmaría que los estudiantes fueron asesinados.
"Una de las piezas corresponde a uno de los normalistas", confirmó a la agencia AFP la fuente, que pidió guardar el anonimato.
Fuentes cercanas a las familias señalaron que el estudiante identificado es Alexander Mora y que sus parientes fueron informados el viernes por el grupo independiente de peritos argentinos que trabaja en el caso a petición de los padres, el cual habría recibido el resultado desde Austria.
La reunión tuvo lugar en la escuela rural de magisterio de Ayotzinapa, en Guerrero, a la que pertenecen los jóvenes.
La fiscalía general, que está al frente de la investigación, no se ha pronunciado sobre esta información, pero convocó a una conferencia de prensa al mediodía del domingo.
Felipe de la Cruz, vocero de los padres, confirmó el antecedente durante una protesta realizada durante la tarde del sábado en Ciudad de México.
"Si con el hecho de haber coincidido uno de nuestros muchachos con el ADN creen que nos vamos a poner a llorar, se equivocan. Vamos a encontrar a los 42 que faltan", afirmó el dirigente frente a miles de manifestantes.
Difícil individualización
Los 43 estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre en Iguala después de sufrir un brutal ataque emprendido por policías locales.
De acuerdo con la investigación de la fiscalía, basada en declaraciones de algunos de los 70 detenidos, los 43 estudiantes atacados en Iguala fueron entregados después por los agentes a sicarios del cártel Guerreros Unidos, para el que presuntamente trabajaba el alcalde José Luis Álvarez, hoy detenido y procesado.
De acuerdo a antecedentes emanados de la investigación, los narcotraficantes habrían asesinado a los jóvenes y quemaron sus cadáveres en una hoguera que mantuvieron encendida durante 14 horas en un basurero de la vecina localidad de Cocula.
Los sicarios colocaron después los restos incinerados en bolsas de plástico que arrojaron a un río cercano.
Los investigadores pudieron recuperar algunos restos humanos en el basurero y en la orilla del río y los enviaron el 12 de noviembre a un prestigioso laboratorio de la universidad de Innsbruck(Austria) para su identificación.
La fiscalía señaló entonces que, por el estado de casi carbonización de los restos, pocos huesos tienen alguna posibilidad de ser identificados.
Hasta ahora, las familias siempre han rechazado la versión de que los jóvenes fueron asesinados y han exigido al gobierno que intensifique la búsqueda en los alrededores de Iguala y otras zonas.
El crimen, uno de los peores de la historia reciente de América Latina según la institución Human Rights Watch, generó una gran conmoción nacional y duras protestas contra la clase política mexicano. La ONU y el gobierno de Estados Unidos exigieron que la tragedia sea aclarada.
