El príncipe heredero Maha Vajiralongkorn junto a su ahora ex consorte real, la princesa Srirasmi, hoy en desgracia.
Reuters (archivo)BANGKOK.- La prolongada crisis política e institucional en Tailandia sumó ahora una arista que alcanza a la propia monarquía, que permanece al frente de ese país de Asia desde el siglo XIII. En medio de un creciente escándalo de corrupción, el príncipe heredero, Maha Vajiralongkorn, se divorció de su esposa después de que varios de los familiares de ella fueron detenidos.
La noticia, velada por una estricta legislación que condena como delito de "lesa majestad" determinadas informaciones sobre la familia real, fue conocida mientras el monarca Bhumibol Adulyadej, de 87 años de edad, sigue hospitalizado.
De acuerdo a un boletín oficial publicado la madrugada de este viernes, la princesa Srirasmi ha "renunciado a su estatus real". En el formalizado lenguaje utilizado por palacio, ello significa que está divorciada del príncipe. Ambos permanecieron casados 13 años.
El anuncio "va a reforzar el sentimiento de incertidumbre y de ansiedad de los tailandeses sobre el futuro de su monarquía", explica Pavin Chachavalpongpun, experto sobre Tailandia en la universidad japonesa de Kyoto y uno de los pocos especialistas que acepta hablar de este asunto tabú en Tailandia.
Según la prensa local, la custodia del príncipe Dipangkorn Rasmijoti, de 9 años y el siguiente heredero al trono, fue confiada a su padre.
Arrestos
La confirmación vino después del arresto de varios familiares de Srirasmi, en el marco de pesquisas por corrupción que por el momento no la involucran directamente.
Los sospechosos fueron acusados de haber desviado dinero a gran escala utilizando su condición de allegados a la familia real.
Pese a que el crimen de lesa majestad puede implicar penas de hasta 15 años de cárcel para los infractores, la prensa tailandesa se atrevió a confirmar este sábado la caída en desgracia de la princesa.
Desde hace semanas el futuro de Srirasmi era motivo de conjeturas tras el escándalo. Su relación de parentesco con los principales sospechosos, entre ellos un alto responsable de la policía y varios oficiales del ejército, nunca ha sido mencionada de manera explícita en la prensa debido a la censura legal.
A principios de mes, el príncipe heredero prohibió a cercanos a su mujer que utilizaran el nombre real que se le concedió a la ahora ex consorte. Tal fue la primera señal de que había caído en desgracia.
Otro indicio que hizo pensar que la princesa Srirasmi había dejado de ser considerada parte de la familia fue su desaparición de las noticias reales, difundidas todas las noches en televisión.
Asimismo, desde el 6 de diciembre no se la había vuelto a ver en público.
Junta ultramonárquica
La Junta Militar que gobierna Tailandia desde el golpe de Estado ocurrido en mayo pasado ha aplicado con particular rigor los impedimentos para publicar informaciones sobre la pareja real.
Los militares en el poder, que representan a la élite tradicional ultramonárquica, se han presentado como protectores de la institución real, encarnada por el rey Bhumibol, objeto de culto a la personalidad desarrollado desde su ascensión al trono en 1946.
La oposición a la Junta la acusan de ocupar el poder con el fin de mantener seguras las riendas del Estado en el momento de la sucesión al trono.
Aunque el rey no tiene oficialmente un papel político en la actual monarquía constitucional, su figura sigue siendo central en la vida institucional tailandesa.