MINSK.- El presidente bielorruso Alexander Lukashenko destituyó a su primer ministro en un contexto de crisis económica provocada por la caída del rublo en Rusia.
Mijail Myasnikovich, en funciones desde diciembre de 2010, ha sido sustituido por el jefe del gabinete presidencial, Andrei Kobiakov, informó la presidencia. Así lo dice un comunicado, donde el presidente "examinó la cuestión relacionada con los dirigentes [del gobierno] y nombró a Andrei Kobiakov primer ministro".
Lukashenko también destituyó al jefe del banco central y a los ministros de Economía y de Industria, entre otros altos cargos, añadió la fuente.
El primer ministro, el viceprimer ministro, el ministro de Economía y su adjunto y el jefe del Banco Central "son las cinco personas que van a pagar con sus cabezas la situación económica y financiera en el país", declaró Lukashenko, citado en el comunicado.
El rublo bielorruso no depende oficialmente de la moneda rusa, que se depreció mucho en los últimos meses. Pero Bielorrusia tiene fuertes vínculos económicos con Moscú y está muy expuesta a cualquier sacudida en la economía de su vecino, como la provocada por las sanciones occidentales y la caída de los precios del petróleo.
"El país necesita reformas económicas profundas. En lugar de llevarlas a cabo, él (el presidente) se limita a permutar a viejos dirigentes", declaró un analista político independiente, Alexei Korol.
Lukashenko, al que Estados Unidos solía calificar de "último dictador de Europa", "no va a llevar a cabo reformas porque, al final, traerán la caída de su régimen autoritario", añadió Korol.
"Hay que reconocer que la economía atraviesa una crisis y que hay que elaborar una nueva política económica", opina, por su parte, el antiguo presidente del Banco Central Stanivslav Bogdankevich.
Pero, al nombrar a Andrei Kobiakov, "un funcionario obediente" como primer ministro, Lukashenko da a entender que "no está dispuesto a emprender reformas", añadió.
La caída del rublo en diciembre provocó un verdadero pánico en Bielorrusia cuyos habitantes empezaron a comprar dólares para asegurarse al menos una pequeña estabilidad financiera.
Para detener ese movimiento, el Banco Central impuso una tasa "temporal" del 30% sobre la compra de divisas extranjeras.
Lukashenko también reconoció que la economía de su país había sufrido un varapalo por los problemas económicos de Rusia, el país vecino que absorbe el 40% de las exportaciones bielorrusas.
Rusia se ve muy afectada por la caída del precio del petróleo, que constituye su mayor fuente de ingresos junto con el gas. El fenómeno empeoró el estado del rublo, que ya sufría por las sanciones económicas relacionadas con el conflicto ucraniano.