Autoridades comunistas de China pusieron reparos a la publicación de imágenes que muestren los homenajes a las víctimas de la estampida.
APBEIJING.- Mientras sigue la investigación sobre las causas de la mortal estampida ocurrida en Shanghai durante las celebraciones de Año Nuevo, autoridades chinas comenzaron a endurecer la censura sobre informaciones relacionadas con el trágico hecho, que dejó 36 víctimas fatales.
Así, el departamento de propaganda del Partido Comunista de China emitió varias notificaciones a los medios locales en las que prohíbe la utilización de fotos en las que se muestren homenajes a las víctimas, informó hoy el diario "South China Morning Post".
También distribuyó distintas normativas sobre cómo se debe informar el siniestro.
Las autoridades también han limitado el acceso de los medios extranjeros a los familiares de las víctimas, que son sometidos a vigilancia. Los periodistas no chinos deben solicitar permisos especiales para realizar entrevistas, según el medio.
Los obstáculos a la información, habituales en China cuando se producen acontecimientos que las autoridades consideran políticamente "sensibles", fueron adoptados mientras aumentan las críticas a la mala gestión del gobierno local.
Algunos observadores apuntan la posibilidad que haya consecuencias políticas por la estampida, la peor ocurrida en China desde la muerte de 37 personas en un suceso similar ocurrido en Beijing en 2004.
La policía de la ciudad admitió que no había previsto que unas 300.000 personas acudieran al lugar donde se produjo el siniestro, la Plaza Chenyi en el centro de la ciudad, para celebrar la llegada del año 2015.
En tanto, 13 de los heridos siguen en estado grave, y la condición de cuatro de ellos es crítica.
Críticas por mala gestión
Las causas del accidente aún no han sido aclaradas. Informaciones iniciales que sugerían que el tumulto se había creado por el lanzamiento de falsos billetes desde un bar de la zona fueron desmentidas por las autoridades.
Sí se han detectado, en cambio, fallas del gobierno municipal en las medidas de prevención de grandes aglomeraciones, pese a que otros años ya se habían concentrado cientos de miles de personas en ese mismo lugar durante fin de año.
En esta ocasión no se habían cerrado los accesos más cercanos del Metro, lo que podría haber sido decisivo en la formación de cuellos de botella en determinadas zonas.
Las autoridades alegan que este año las medidas eran menores porque se habían suspendido muchos eventos organizados en pasadas festividades, tales como un espectáculo de fuegos artificiales o uno de luces que iluminaba los rascacielos de la ciudad, precisamente para intentar una menor afluencia de personas.