BAGDAD.- Al menos 23 miembros de las fuerzas de seguridad murieron este martes en dos atentados suicidas seguidos de combates contra yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS) en la provincia iraquí de Al Anbar, informaron las autoridades y un médico.
Los atacantes hicieron estallar las bombas contra una mezquita del sector de Al Juba en la que descansaban combatientes antiyihadistas, causando diez muertos.
Posteriormente estallaron combates en los que perdieron la vida otros 13 miembros de las fuerzas de seguridad y 21 resultaron heridos, informaron las mismas fuentes.
Las fuerzas iraquíes acabaron yéndose de la localidad de Al Juba, afirmaron fuentes de seguridad.
Esta localidad está situada a una decena de kilómetros de la ciudad de Bagdadi, que alberga la base aérea de Al Asad, en la que hay asesores militares estadounidenses.
La base está siendo utilizada para entrenar a combatientes tribales de Al Anbar, que desempeñan un papel importante en la lucha contra ISIS, junto al Ejército iraquí. Desde hace "unas semanas" es objeto de disparos de obuses de mortero del grupo yihadista, anunció el lunes el Pentágono.
Los atentados suicidas en Irak suelen ser obra de extremistas sunitas, como los yihadistas de ISIS.
La organización extremista lanzó en junio una ofensiva en Irak, apoderándose de extensas zonas de territorio, principalmente de gran parte de la provincia de Al Anbar, fronteriza con Siria, un país en el que también están presentes.
"Las verdaderas razones de esta derrota son los jefes (militares) débiles, los incompetentes eslabones en la cadena de mando, una ausencia de disciplina, un entrenamiento insuficiente y la pérdida de confianza del pueblo en las fuerzas de seguridad", admitió el ministro iraqui de Defensa, Jaled Al Obaidi, con motivo del 94º aniversario de la creación del Ejército iraquí.
El lunes, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, llamó a las tribus a sublevarse contra ISIS.