SANTIAGO.- "Matan a un familia de payasos y aparecen otros diez". Éste es uno de los chistes del nuevo número de la revista satírica "Charlie Hebdo", el primero tras el atentado terrorista de la semana pasada donde murieron sus principales dibujantes y colaboradores.
En la edición de ocho páginas, que agotó en horas 3 millones de ejemplares, los dibujantes y periodistas sobrevivientes tras el ataque de la semana pasada, recrean el masivo apoyo recibido y las peripecias que debieron pasar para volver a los kioscos.
En una viñeta titulada "Balances de los días posteriores", donde destacan los positivo y negativo, con los signos + y -, celebran el poder fumar en las salas de redacción de Liberation, que les prestaron para sacar el número, aunque lamentan que el cigarro produzca cáncer.
Sobre el apoyo internacional, agradecen el respaldo de artistas como Madonna (ya que la cantante les puede "tirar sus braguitas"), y de líderes como la Premier Angela Merkel (que en su caricatura dice "yo no soy de llevar braguitas").
Sobre los demás gobernantes que estuvieron en la marcha de París, los retratan en buses de pasajeros donde aprovechan de "repasarlos" por sus decisiones políticas.
Los dibujantes sobrevivientes además se recrean con sus esposas en la intimidad, quienes los esperan para una gran noche a la que ellos no pueden corresponder por el estrés de los acontecimientos.
"Queríamos que Mustapha estuviera con nosotros para corregir todo este absurdo con el lápiz rojo y que Elsa nos convenciera de que no era más que un mal sueño lacaniano. Aún así avanzamos, avanzamos todo lo que pudimos y después los vimos a ustedes, los anónimos, los lectores, los fieles, los infieles, los de hoy o los de siempre, los suscriptores, los quiosqueros, los decepcionados, los enfadados, los vimos a docenas y luego a centenas, a millares, a millones, y de pronto cantaba en nuestra mente un trenet dibujado por Cabu", es otro de los mensajes.
Los únicos nombres excluidos en las páginas son los de los yihadistas responsables del atentado. "No quisimos dar a los asesinos espacio alguno", dijo uno de los colaboradores del semanario a "Der Spiegel".
Rechazo de líderes musulmanes
De todas formas, el número no dejó de generar polémica por retratar en su portada a Mahoma llorando, y sosteniendo en sus manos una pancarta que reza "Je suis Charlie" ("Soy Charlie"). Esto fue criticado por algunas autoridades musulmanas que lo ven como una nueva "provocación".
En tanto, en las calles de las principales ciudades de París se vio a mucho público haciendo filas en los kioskos para adquirir uno de los ejemplares de la revista, en un hecho pocas veces visto.
En las estaciones, como en la del Este, se formaron colas de hasta varias decenas de personas delante de los puntos de venta de prensa, que se disolvían conforme se anunciaba el fin de los números de la revista.
Varios quiosqueros señalaron que no habían querido reservar para los clientes que se lo habían pedido porque cuentan con que recibirán nuevos aprovisionamientos en las próximas horas o en los próximos días.
Charlie Hebdo había indicado que el número especial tras el atentado mortal del miércoles de la semana pasada tendría una tirada de un millón de ejemplares, aunque luego elevó la cifra a tres millones ante las muestras de interés llegadas de todo el mundo. Y hoy anunció dos millones de ejemplares extras por la demanda.