BRASILIA.- La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fracasó hoy en su intento de evitar la ejecución de los brasileños Marco Archer Cardoso Moreira y Rodrigo Mixfeldt Gularte, condenados a muerte en Indonesia, confirmó hoy el gobierno, que advirtió que este hecho afectará a las relaciones bilaterales.
Según la Presidencia, Rousseff habló hoy por teléfono con su par indonesio, Joko Widodo, quien sin embargo rechazó su pedido de clemencia para los dos brasileños, condenados por tráfico de drogas.
"La presidenta destacó que es consciente de la gravedad de los delitos cometidos por los brasileños. Dijo que respeta la soberanía de Indonesia y de su sistema judicial, pero que, como jefa de Estado y como madre, hacía ese llamamiento por razones eminentemente humanitarias", afirmó el comunicado oficial.
Según la nota divulgada en Brasilia, Widodo afirmó que no podría evitar la ejecución de Marco Archer -que está programada para el próximo fin de semana-, ya que "todos los trámites jurídicos fueron seguidos según la ley indonesia".
"La presidenta Dilma reiteró que lamenta profundamente la decisión del presidente Widodo de llevar adelante la ejecución del brasileño Marco Archer, que generará conmoción en Brasil y tendrá repercusión negativa para la relación bilateral", concluye el texto.
El asesor de la Presidencia para Relaciones Internacionales, Marco Aurélio Garcia, afirmó que el gobierno brasileño todavía tiene esperanzas de que ocurra "un milagro", y que el gobierno indonesio desista de llevar adelante la ejecución por fusilamiento de Archer, que "lanza una sombra" sobre las relaciones entre los dos países.
"No hubo sensibilidad por parte del gobierno de Indonesia para el pedido de clemencia del gobierno brasileño. En principio, la ejecución de Archer tendrá lugar la medianoche del domingo, horario de Indonesia, y a las 15:00 horas de Brasilia", afirmó el funcionario.
Archer, quien trabajaba como instructor de vuelo libre, fue detenido en 2003, al intentar ingresar en el país con 13 kilos de cocaína escondidos en los tubos de un aladelta, y fue condenado a muerte en 2004. La fecha de ejecución de Gularte todavía no fue definida por las autoridades indonesias.