PARÍS.- Un mayor control de las comunicaciones, la retirada de pasaportes o la penalización del yihadismo en internet son algunas de las medidas que los países europeos preparan para hacer frente a la amenaza terrorista de los radicales islámicos.
Los recientes atentados de París contra el semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado judío, con 17 muertos, han llevado a varios gobiernos europeos a ajustar sus legislaciones contra esa amenaza y a aplicar nuevos planes.
En el punto de mira están los movimientos yihadistas, después de que el director de la Oficina Europea de Policía (Europol), Rob Wainwright, afirmara en días pasados que entre 3.000 y 5.000 ciudadanos de la UE han viajado a países en conflicto, como Siria, para unirse a grupos radicales.
El temor es que, a su regreso, esos ex combatientes cometan atentados en suelo europeo.
En este contexto, aún bajo la conmoción de los atentados en París, el primer ministro francés, Manuel Valls, anunció ante el Parlamento medidas que pondrán un énfasis especial en internet y las redes sociales, "utilizadas más que nunca para el alistamiento, la puesta en contacto y la adquisición de técnicas que permiten pasar a la acción".
Valls apuntó la intención de ampliar a toda Francia un programa piloto en dos prisiones de la región parisina, por el que detenidos radicalizados son agrupados y aislados del resto de presos en una misma ala de la prisión.
Para prevenir la radicalización, se contempla igualmente crear un fichero de condenados por terrorismo o integrantes de grupos de combate que les obligue a declarar su domicilio y someterse a controles regulares.
En el Reino Unido, el primer ministro David Cameron dará a los servicios secretos más competencias para espiar las comunicaciones privadas contra el terrorismo si gana las elecciones del próximo mayo.
El Ejecutivo de Cameron aumentó ya las competencias de las agencias de seguridad al permitir la retirada del pasaporte de presuntos yihadistas británicos y que se deniegue temporalmente el retorno a este país a los nacionales que hayan combatido en países como Siria e Irak.
El Gobierno alemán aprobó el pasado miércoles una reforma legal para retirar el carné de identidad de forma preventiva a musulmanes radicalizados y evitar que viajen a Siria e Irak y, asimismo, ultima una reforma penal para cortar la financiación de las redes terroristas y castigar a quienes viajen al extranjero para unirse a la yihad.
En Italia, el ministro del Interior, Angelino Alfano, presentó medidas destinadas a neutralizar a los llamados "lobos solitarios" antes de que partan al combate.
Se prevé un endurecimiento de las penas contra el terrorismo internacional, de modo que quien viaje al extranjero para unirse a una milicia afrontará penas de hasta diez años mientras que hasta ahora solo era punible el responsable de la organización que recluta.
Habrá también controles en internet para poder cerrar las páginas que canalicen mensajes destinados a suscitar el odio racial.
España contempla actuar contra las webs yihadistas y penalizar como delito de terrorismo el desplazamiento a zonas de conflicto para unirse a un grupo violento, según un plan que el Ejecutivo aprobará próximamente.
Mientras mantiene contactos con los grupos de oposición para consensuar medidas, el Gobierno del PP (centroderecha) plantea facilitar el trabajo de jueces y fiscales en la investigación de las comunicaciones y los sistemas electrónicos e informáticos.
Mientras Turquía, el país europeo con más población musulmana, no parece haber tomado medidas específicas contra el terrorismo yihadista, en Bulgaria, con la que tiene una larga frontera, Interior ha aumentado la presencia policial en lugares públicos, en especial aeropuertos y estaciones de trenes y autobuses.
En Austria, donde tienen sede numerosos organismos internacionales, el Gobierno adoptará la semana próxima medidas que incluyen la compra de material para la Policía, como helicópteros y rifles de precisión y el Ministerio del Interior invertirá en tecnología para observación de sospechosos y en más protección para las conexiones de internet de las fuerzas de seguridad.