Sergio Massa.
La Nación, GDA
BUENOS AIRES.- El diputado argentino y precandidato presidencial por el Frente Renovador Sergio Massa consideró hoy que las escuchas en las que se apoya la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta, Cristina Fernández, muestran tráfico de influencias de dirigentes oficialistas.
En declaraciones a Radio Mitre, Massa vio delito en las grabaciones telefónicas presentadas por Nisman ante la Justicia, que han sido difundidas parcialmente en los últimos días por medios locales y que desvelan conversaciones entre el oficialismo y referentes de la comunidad iraní en Argentina.
Pese a que el contenido de las escuchas conocidas hasta ahora no resulta concluyente para probar los cargos de encubrimiento a terroristas denunciados por Nisman, el líder del Frente Renovador anunció que desde su partido se investigará si demuestran delitos de "tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con los roles".
En las escuchas difundidas, se aprecia que el dirigente piquetero y ex funcionario kirchnerista Luis D'Elía mantenía contacto con el referente comunitario iraní Jorge "Yussuf" Khalil y planificaba reuniones.
Según la denuncia de Nisman, D'Elía actuaba como interlocutor del Gobierno de Cristina Fernández, a quien acusa, junto con el canciller, Héctor Timerman, de presuntamente urdir un plan para encubrir a los supuestos responsables iraníes del atentado contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, a cambio de intensificar relaciones comerciales con Irán.
La demanda alcanza también al diputado oficialista Andrés Larroque, al militante Fernando Esteche, al ex fiscal Héctor Yrimia, y a un supuesto espía al que Nisman llama Ramón Allan Héctor Bogado, entre otros.
Massa pidió "volver a ser un país serio, donde el canciller, los embajadores y el estado lleven adelante las negociaciones con cualquier país del mundo, no que salgan actores informales" y que se dé a la Justicia garantías para investigar la denuncia.
Además, el diputado peronista disidente reconoció que le hace "ruido" el discurso del Gobierno que pone en duda que el fiscal se suicidase y ve oscuros intereses detrás del fallecimiento con la intención de atacar al Ejecutivo.
"Lo peor que puede pasar es que este sea un caso más en el que nunca supimos qué pasó. Por eso es muy importante que pongamos lo mejor para que se sepa la verdad y que la gente sepa que puede volver a confiar en las instituciones", afirmó.
"Lo que sucedió es el hecho institucional más grave que se dio en los 30 años de democracia. Es un punto de inflexión, una mancha de sangre que va a costar muchísimo curar, sanar", consideró respecto a la muerte en extrañas circunstancias de Nisman.
El fiscal de la causa AMIA fue encontrado muerto con un tiro en la sien horas antes de tener que comparecer en el Congreso para detallar su denuncia interpuesta cinco días antes contra la presidenta y varios de sus colaboradores.
Aunque las primeras pericias descartaron la intervención de terceras personas, tras seis días de investigación el suicidio no ha sido confirmado y las contradicciones y cabos sueltos aumentan la confusión respecto a la eficacia de la investigación.
La propia presidenta cuestionó la hipótesis del suicidio en un comunicado y aseguró que a Nisman le "plantaron" pruebas para que atacase al Gobierno.
